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Oseas 11:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 El Señor rugirá como león y ellos lo seguirán. Cuando él lance su rugido, sus hijos vendrán temblando de occidente.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 En pos de Jehová caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán temblando desde el occidente.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Pues algún día la gente me seguirá. Yo, el Señor, rugiré como un león. Y cuando ruja, mi pueblo regresará temblando del occidente.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Ustedes seguirán a Yavé, que rugirá como león. Sí, rugirá y sus hijos vendrán temblorosos desde el occidente.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Irán en pos de YHVH, quien rugirá como león, Sí, Él rugirá, y sus hijos vendrán temblando desde occidente,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 En pos de Yahveh marcharán; él rugirá como un león; a su rugido, acudirán temerosos los hijos desde el occidente.

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Oseas 11:10
36 Referans Kwoze  

»Al llegar a este punto, mi corazón se acelera como si fuera a salírseme del pecho.


Mi cuerpo se estremece por el temor que me inspiras; siento reverencia por tus leyes.


Sirvan al Señor con temor; con temblor ríndanle alabanza.


En aquel día el Señor volverá a extender su mano para recuperar al remanente de su pueblo, a los que hayan quedado en Asiria, en Egipto, Patros y Cus; en Elam, Sinar, Jamat y en las islas del Mediterráneo.


¡Ven, pueblo de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!


Porque así me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, así también el Señor de los Ejércitos descenderá para combatir sobre el monte Sión, sobre su cumbre.


El Señor marchará como un campeón; como hombre de guerra despertará su celo. Con gritos y alaridos se lanzará al combate y triunfará sobre sus enemigos.


No tendrán hambre ni sed, no los abatirá el sol ni el calor, porque los guiará quien les tiene compasión y los conducirá junto a manantiales.


como cuando el fuego enciende la leña y hace que hierva el agua! Así darías a conocer tu nombre entre tus enemigos, y ante ti temblarían las naciones.


Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir», afirma el Señor. «Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.


Escuchen la palabra del Señor, ustedes que tiemblan ante su palabra: «Así dicen sus hermanos que los odian y los excluyen por causa de mi nombre: “¡Que el Señor sea glorificado, para que veamos la alegría de ustedes!”. Pero ellos serán los avergonzados.


«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor: »“Recuerdo la fidelidad de tu juventud, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas.


»Tú, Jeremías, profetiza contra ellos todas estas palabras: »“Ruge el Señor desde lo alto; desde su santa morada hace tronar su voz. Ruge violento contra su rebaño; grita como los que pisan la uva, contra todos los habitantes del mundo.


Entre llantos vendrán y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.


Jerusalén será para mí motivo de gozo, alabanza y gloria a la vista de todas las naciones de la tierra. Se enterarán de todo el bien que yo le hago; también temerán y temblarán por todo el bienestar y toda la paz que yo ofrezco”.


¿Acaso has dejado de temerme?», afirma el Señor. «¿No debieras temblar ante mí? Yo puse la arena como límite del mar, como frontera perpetua e infranqueable. Aunque se agiten sus olas, no podrán prevalecer; aunque bramen, no traspasarán esa frontera.


»En aquellos días, en aquel tiempo, la gente de Israel y de Judá irá llorando en busca del Señor su Dios», afirma el Señor.


si no oprimen al extranjero ni al huérfano ni a la viuda, si no derraman sangre inocente en este lugar ni siguen a otros dioses para su propio mal,


»”Roban, matan, cometen adulterio, juran con falsedad, queman incienso a Baal, siguen a otros dioses que jamás conocieron.


Todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, se quitarán los mantos y se despojarán de las vestiduras bordadas. Llenos de pánico se sentarán en el suelo; espantados por tu condición temblarán sin cesar


Después ellos se arrepentirán y buscarán nuevamente al Señor su Dios y a David, su rey. En los últimos días acudirán con temor reverente al Señor y a sus bondades.


Rugirá el Señor desde Sión, hará tronar su voz desde Jerusalén y el cielo y la tierra temblarán. Pero el Señor será un refugio para su pueblo, una fortaleza para los israelitas.


Él dijo: «Ruge el Señor desde Sión; truena su voz desde Jerusalén. Los pastizales de los pastores quedan asolados, y se seca la cumbre del Carmelo».


¿Ruge el león en la espesura sin tener presa alguna? ¿Gruñe el cachorro de león en su guarida sin haber atrapado nada?


Ruge el león; ¿quién no temblará de miedo? Habla el Señor y Dios; ¿quién no profetizará?


Todos los pueblos marchan en nombre de sus dioses, pero nosotros marchamos en el nombre del Señor nuestro Dios, desde ahora y para siempre.


Al oírlo, se estremecieron mis entrañas; a su voz, me temblaron los labios; la debilidad entró en los huesos y se me aflojaron las piernas. Pero yo espero con paciencia el día en que la calamidad vendrá sobre la nación que nos invade.


Los traeré de Egipto, los recogeré de Asiria. Los llevaré a Galaad y al Líbano y ni aún así tendrán espacio suficiente.


Yo mismo los fortaleceré y caminarán en mi nombre», afirma el Señor.


»Así dice el Señor de los Ejércitos: “Salvaré a mi pueblo de los países de oriente y de occidente.


Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.


Al disertar Pablo sobre la justicia, el dominio propio y el juicio venidero, Félix tuvo miedo y dijo: «¡Basta por ahora! Puedes retirarte. Cuando sea oportuno te mandaré llamar otra vez».


Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están en Cristo Jesús,


Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad. ¡Son atrevidos y arrogantes! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales,


y dio un grito tan fuerte que parecía el rugido de un león. Entonces los siete truenos levantaron también sus voces.


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