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Nehemías 3:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 Los de Tecoa reconstruyeron el siguiente tramo de la muralla, aunque sus notables no quisieron colaborar con los dirigentes.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Contiguo a ellos estaban los habitantes de Tecoa, aunque sus líderes se negaron a trabajar con los supervisores de la construcción.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 La gente de Tecoa se puso a trabajar pero sus jefes no se dignaron trabajar para su Señor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Junto a ellos repararon los tecoítas, pero sus nobles no doblegaron su cerviz° ante la obra de su Señor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 También trabajaban a su lado los de Técoa, cuyos notables, sin embargo, no doblegaron su cuello al servicio de su señor.

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Nehemías 3:5
17 Referans Kwoze  

Por eso mandó traer a una mujer muy astuta, la cual vivía en Tecoa, y dijo: —Quiero que te vistas de luto y que no te eches perfume, sino que finjas estar de duelo, como si llevaras mucho tiempo llorando la muerte de alguien.


Los hombres de Tecoa reconstruyeron el tramo que va desde el frente de la gran torre que allí sobresale, hasta la muralla de Ofel.


El tramo contiguo lo reconstruyó Meremot, hijo de Urías y nieto de Cos, y el tramo siguiente Mesulán, hijo de Berequías y nieto de Mesezabel. El siguiente tramo lo reconstruyó Sadoc, hijo de Baná.


La entrada de Jesaná la reconstruyeron Joyadá, hijo de Paseaj, y Mesulán, hijo de Besodías. Colocaron las vigas y pusieron en su lugar las puertas con sus cerrojos y barras.


A Sedequías, rey de Judá, le dije lo mismo: «Inclinen el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia; sométanse a él y a su pueblo y seguirán con vida.


Así me dijo el Señor: «Hazte unas ataduras y un yugo y póntelos sobre el cuello.


»” ’Y, si alguna nación o reino rehúsa servir a Nabucodonosor, rey de Babilonia, y no se somete al yugo del rey de Babilonia, yo castigaré a esa nación con espada, hambre y pestilencia, hasta que Nabucodonosor la destruya por completo’, afirma el Señor.


»¡Huyan a un lugar seguro, benjamitas! ¡Huyan de Jerusalén! ¡Toquen la trompeta en Tecoa! ¡Levanten señal en Bet Haqueren! Porque una desgracia, una gran destrucción, nos amenaza desde el norte.


Estas son las palabras de Amós, uno de los pastores de Tecoa. Es la visión que recibió acerca de Israel dos años antes del terremoto, cuando Uzías era rey de Judá y Jeroboán, hijo de Joás, era rey de Israel.


Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus almas.


Entonces, ¿por qué tratan ahora de provocar a Dios poniendo sobre el cuello de esos discípulos un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados hemos podido soportar?


Hermanos, consideren su propio llamamiento: no muchos de ustedes son sabios, según criterios meramente humanos; tampoco son muchos los poderosos ni muchos los de noble cuna.


“Maldice a Meroz —dijo el ángel del Señor—. Maldice a sus habitantes con dureza, porque no vinieron en ayuda del Señor, en ayuda del Señor y de sus valientes”.


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