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Nehemías 2:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 —¿Qué quieres que haga? —preguntó el rey. Así que oré al Dios del cielo

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Biblia Reina Valera 1960

4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 El rey preguntó: —Bueno, ¿cómo te puedo ayudar? Después de orar al Dios del cielo,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 El rey entonces me respondió: '¿Qué quieres?' Supliqué al Dios del Cielo'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Y me preguntó el rey: ¿Qué es lo que me pides? Entonces oré al Dios de los cielos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Díjome el rey: '¿Qué pretendes, pues?'. Encomendándome al Dios del cielo,

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Nehemías 2:4
15 Referans Kwoze  

En eso informaron a David que Ajitofel se había unido a la conspiración de Absalón. Entonces David oró: «Señor, te ruego que fracasen los planes de Ajitofel».


y en ese mismo sitio se apareció el Señor en un sueño y le dijo: —Pídeme lo que quieras.


Señor, te suplico que escuches nuestra oración, pues somos tus siervos y nos complacemos en honrar tu nombre. Y te pido que a este siervo tuyo le concedas tener éxito y ganarse el favor de este hombre». En aquel tiempo yo era copero del rey.


Al escuchar esto, me senté a llorar; hice duelo por algunos días, ayuné y oré al Dios del cielo.


Le dije: «Señor, Dios del cielo, grande y temible, que cumples el pacto y eres fiel con los que te aman y obedecen tus mandamientos,


Yo contesté: —El Dios del cielo nos concederá salir adelante. Nosotros, sus siervos, vamos a comenzar la reconstrucción. Ustedes no tienen autoridad ni derecho, ni son parte de la historia de Jerusalén.


y respondí: —Si a Su Majestad le parece bien y si este siervo suyo es digno de su favor, le ruego que me envíe a Judá para reedificar la ciudad donde están los sepulcros de mis antepasados.


El rey preguntó: —¿Qué te pasa, reina Ester? ¿Cuál es tu petición? ¡Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería!


Cuando estaban brindando, el rey volvió a preguntarle a Ester: —Dime qué deseas, y te lo concederé. ¿Cuál es tu petición? ¡Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería!


y al segundo día, mientras brindaban, el rey preguntó otra vez: —Dime qué deseas, reina Ester, y te lo concederé. ¿Cuál es tu petición? ¡Aun cuando fuera la mitad del reino, te lo concedería!


¡Den gracias al Dios de los cielos! ¡Su gran amor perdura para siempre!


Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.


—¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó. —Raboni, quiero ver —respondió el ciego.


El comandante tomó de la mano al joven, lo llevó aparte y le preguntó: —¿Qué quieres decirme?


No se preocupen por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.


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