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Miqueas 6:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 ¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno! ¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 ¡No! Oh pueblo, el Señor te ha dicho lo que es bueno, y lo que él exige de ti: que hagas lo que es correcto, que ames la compasión y que camines humildemente con tu Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Ya se te ha dicho, hombre, lo que es bueno y lo que el Señor te exige: tan sólo que practiques la justicia, que seas amigo de la bondad y te portes humildemente con tu Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Oh hombre, Él te ha dicho lo que es bueno, Lo que YHVH pide de ti: Solamente hacer justicia, Amar la misericordia, Y andarte con tiento° con tu Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 'Se te ha revelado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh reclama en ti: tan sólo practicar la justicia, amar la lealtad y ser humilde ante tu Dios.'

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Miqueas 6:8
66 Referans Kwoze  

Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que ha prometido».


Después del nacimiento de Matusalén, Enoc anduvo fielmente con Dios trescientos años más y tuvo otros hijos y otras hijas.


No obstante, algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén.


Luego Ezequías, junto con los habitantes de Jerusalén, se arrepintió de su orgullo, y mientras él vivió, el Señor no derramó su ira contra ellos.


Su oración y la respuesta que recibió, como también todos sus pecados y rebeldías, los sitios donde erigió altares paganos y colocó las imágenes de la diosa Aserá y de otros ídolos, lo cual hizo antes de su humillación, todo esto está escrito en las crónicas de Jozay.


Pero a diferencia de su padre Manasés, no se humilló ante el Señor, sino que multiplicó su culpa.


‘Como te has conmovido y humillado ante Dios al escuchar lo que he anunciado contra este lugar y sus habitantes; y como te has rasgado las vestiduras y has llorado en mi presencia, yo te he escuchado. Yo, el Señor, lo afirmo.


»Descendiste al monte Sinaí; desde el cielo hablaste. Les diste ordenanzas justas y leyes verdaderas, estatutos y mandamientos buenos.


Cantaré a tu gran amor y justicia: quiero, Señor, cantarte salmos.


Para los justos la luz brilla en las tinieblas; para los que son misericordiosos, compasivos y justos.


Reparte sus bienes entre los pobres; su justicia permanece para siempre; su poder será gloriosamente exaltado.


Prestan siempre con generosidad; sus hijos son una bendición.


Para mí el bien es estar cerca de Dios. He hecho del Señor Soberano mi refugio para contar todas sus obras.


Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios.


El fin de este asunto es que ya se ha escuchado todo. Teme a Dios y cumple sus mandamientos, porque esto es todo para el hombre.


Así dice el Señor: «Observen el derecho y practiquen la justicia, porque mi salvación está por llegar; mi justicia va a manifestarse.


Porque lo dice el Alto y Excelso, el que vive para siempre, cuyo nombre es Santo: «Yo habito en un lugar santo y sublime, pero también con el contrito y humilde de espíritu, para reanimar el espíritu de los humildes y alentar el corazón de los quebrantados.


Fue mi mano la que hizo todas estas cosas; fue así como llegaron a existir», afirma el Señor. «Yo estimo a los pobres y contritos de espíritu, a los que tiemblan ante mi palabra.


Defendía la causa del pobre y del necesitado; por eso le fue bien. ¿Acaso no es esto conocerme?», afirma el Señor.


Así dice el Señor: ‘Practiquen el derecho y la justicia. Libren al oprimido del poder del opresor. No maltraten ni hagan violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar.


Así dice el Señor: «Que no se gloríe el sabio de su sabiduría, ni el poderoso de su poder, ni el rico de su riqueza.


Bueno es esperar calladamente la salvación del Señor.


Cuando yo te perdone por todo lo que has hecho, tú te acordarás de tu maldad, te avergonzarás y en tu humillación no volverás a jactarte, afirma el Señor y Dios”».


En cambio, si digo al malvado: ‘¡Morirás!’, pero luego él se convierte de su pecado y actúa con justicia y rectitud,


Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.


Pero tú debes volverte a tu Dios, practicar el amor y la justicia y esperar siempre en él.


Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios en lugar de holocaustos.


que me obligaron a enviarlos al país de sus enemigos— y abandonan su terquedad, se humillan y reconocen su pecado,


Pero ¡que fluya el derecho como las aguas y la justicia como arroyo inagotable!


La voz del Señor clama a la ciudad y es de sabios temer a su nombre: «¡Escuchen, pueblo de Judá y asamblea de la ciudad!


Busquen al Señor, todos ustedes, los humildes de la tierra, los que obedecen sus órdenes. Busquen la justicia, busquen la humildad; tal vez encontrarán refugio en el día de la ira del Señor.


«Así dice el Señor de los Ejércitos: »“Juzguen con verdadera justicia; muestren amor y compasión los unos por los otros.


«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece.


Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión.


pero solo una es necesaria. María ha escogido la mejor y nadie se la quitará.


»¡Ay de ustedes, fariseos!, que dan la décima parte de la menta, de la ruda y de toda clase de legumbres, pero descuidan la justicia y el amor de Dios. Debían haber practicado esto, sin dejar de hacer aquello.


—Hombre —respondió Jesús—, ¿quién me nombró a mí juez o árbitro entre ustedes?


Sean compasivos, así como su Padre es compasivo.


Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la Ley es buena;


Respondo: ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: “¿Por qué me hiciste así?”».


¿Cómo sabes tú, mujer, si acaso salvarás a tu esposo? ¿O cómo sabes tú, hombre, si acaso salvarás a tu esposa?


Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.


Obedece al Señor tu Dios y cumple los mandamientos y estatutos que hoy te mando».


Mira, hoy te doy a elegir vida y prosperidad o muerte y destrucción.


Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, santo y amado, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia,


Que nuestro Señor Jesucristo mismo y Dios nuestro Padre, que nos amó y por su gracia nos dio consuelo eterno y una buena esperanza,


¡Qué tonto eres! ¿Quieres convencerte de que la fe sin obras es estéril?


»Por lo tanto, ahora entréguense al Señor y sírvanle con integridad y lealtad. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraron al otro lado del río Éufrates y en Egipto y sirvan solo al Señor.


En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.


En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra él dejando de orar por ustedes. Yo seguiré enseñándoles el camino bueno y recto.


Samuel respondió: «¿Qué agrada más al Señor: que se le ofrezcan holocaustos y sacrificios o que se obedezca lo que él dice? El obedecer vale más que el sacrificio, y prestar atención, más que la grasa de carneros.


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