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Mateo 26:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

18 Él les respondió que fueran a la ciudad, a la casa de cierto hombre y dijeran: «El Maestro dice: “Mi tiempo está cerca. Voy a celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos”».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 —Al entrar en la ciudad —les dijo—, verán a cierto hombre. Díganle: “El Maestro dice: ‘Mi tiempo ha llegado y comeré la cena de Pascua con mis discípulos en tu casa’”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Jesús contestó: 'Vayan a la ciudad, a casa de tal hombre, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca y quiero celebrar la Pascua con mis discípulos en tu casa.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 Y Él dijo: Id a la ciudad, a tal hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cercano: en tu casa° celebro la pascua con mis discípulos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 Él respondió: 'Id a la ciudad, a casa de fulano, y decidle: 'El Maestro dice: mi tiempo está cerca; voy a celebrar en tu casa la cena de la Pascua con mis discípulos''.

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Mateo 26:18
18 Referans Kwoze  

Y si alguien les dice algo, respóndanle que el Señor los necesita, pero que ya los devolverá».


Ni permitan que los llamen “guía”, porque tienen un solo Guía, el Cristo.


»Pero no permitan que a ustedes se les llame “Rabí”, porque tienen un solo Maestro y todos ustedes son hermanos.


Los discípulos hicieron entonces como Jesús había mandado y prepararon la Pascua.


«Como ya saben, faltan dos días para la Pascua y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen».


Enseguida Judas se acercó a Jesús y lo saludó diciendo: —¡Rabí! Y lo besó.


Todavía estaba hablando Jesús cuando llegaron unos hombres de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: —Tu hija ha muerto. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?


Todos los días estaba con ustedes en el Templo y no se atrevieron a ponerme las manos encima. Pero ya ha llegado la hora de ustedes, cuando reinan las tinieblas.


Dicho esto, Marta regresó a la casa y, llamando a su hermana María, le dijo en privado: —El Maestro está aquí y te llama.


—Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—.


Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.


Después de que Jesús dijo esto, dirigió la mirada al cielo y oró así: «Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti,


—María —dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: —¡Raboni! (que en hebreo significa “Maestro”).


Entonces quisieron arrestarlo, pero nadie le echó mano porque aún no había llegado su hora.


Por eso Jesús les dijo: —Para ustedes cualquier tiempo es bueno, pero el tiempo mío aún no ha llegado.


Suban ustedes a la fiesta. Yo no voy todavía a esta fiesta porque mi tiempo aún no ha llegado.


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