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Marcos 14:49 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

49 Todos los días estaba con ustedes, enseñando en el Templo, y no me arrestaron. Pero es preciso que se cumplan las Escrituras.

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Biblia Reina Valera 1960

49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis; pero es así, para que se cumplan las Escrituras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

49 ¿Por qué no me arrestaron en el templo? Estuve enseñando allí entre ustedes todos los días. Pero estas cosas suceden para que se cumpla lo que dicen las Escrituras acerca de mí».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

49 ¿Por qué no me detuvieron cuando día tras día estaba entre ustedes enseñando en el Templo? Pero tienen que cumplirse las Escrituras.

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La Biblia Textual 3a Edicion

49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo,° y no me prendisteis. Así sea,° para que se cumplan las Escrituras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

49 Día tras día estaba yo ante vosotros en el templo enseñando y no me arrestasteis; pero se han de cumplir las Escrituras'.

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Marcos 14:49
27 Referans Kwoze  

Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta:


Entonces, ¿cómo se cumplirían las Escrituras que dicen que así tiene que suceder?


Y de inmediato dijo a la turba: —¿Acaso soy un bandido para que vengan con espadas y palos a arrestarme? Todos los días me sentaba a enseñar en el Templo y no me arrestaron.


Pero todo esto ha sucedido para que se cumpla lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.


Jesús partió de aquel lugar y se fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Otra vez se reunieron las multitudes y, como era su costumbre, les enseñaba.


Llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús andaba por el Templo, se acercaron los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los líderes religiosos.


Mientras enseñaba en el Templo, Jesús les propuso: —¿Cómo es que los maestros de la Ley dicen que el Cristo es descendiente de David?


—¿Acaso soy un bandido —dijo Jesús—, para que vengan con espadas y palos a arrestarme?


Entonces todos lo abandonaron y huyeron.


Todos los días enseñaba en el Templo, y los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los dirigentes del pueblo procuraban matarlo.


Porque les digo que tiene que cumplirse en mí aquello que está escrito: “Y fue contado entre los malhechores”. En efecto, lo que se ha escrito de mí se está cumpliendo.


y Jesús andaba en el Templo por el Pórtico de Salomón.


—Yo he hablado abiertamente al mundo —respondió Jesús—. Siempre he enseñado en las sinagogas o en el Templo, donde se congregan todos los judíos. En secreto no he dicho nada.


En el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: —¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba!


Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.


Al amanecer se presentó de nuevo en el Templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles.


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