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Malaquías 3:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

15 Por eso llamamos dichosos a los soberbios, pues prosperan los que hacen lo malo e incluso cuando desafían a Dios escapan ilesos”».

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Biblia Reina Valera 1960

15 Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad no solo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 De ahora en adelante llamaremos bendito al arrogante. Pues los que hacen maldad se enriquecen y los que desafían a Dios a que los castigue no sufren ningún daño”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Por eso, ahora, ustedes llaman felices a los que no tienen religión, pues los que actúan mal tienen éxito en todo, e incluso si provocan a Dios, no les pasa nada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Por eso ahora nosotros felicitamos a los soberbios, y decimos que los hacedores de maldad prosperan,° y que los que provocan° a ’Elohim quedan impunes.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Por eso llamamos dichosos a los soberbios: los que cometen la iniquidad prosperan, incluso los que tientan a Dios quedan impunes'.

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Malaquías 3:15
37 Referans Kwoze  

No obstante, se contuvo y se fue a su casa. Luego llamó Amán a sus amigos y a Zeres, su esposa,


A pesar de todo esto, Job no pecó ni le echó la culpa a Dios.


Los salteadores viven tranquilos en sus tiendas de campaña; confiados viven esos que irritan a Dios y piensan que pueden controlarlo.


En el día del desastre, el malvado se salva; en el día de la ira, es puesto a salvo.


Si te vuelves al Todopoderoso y alejas de tu casa la maldad, serás del todo restaurado;


El malvado hace alarde de su propia codicia; alaba al ambicioso y menosprecia al Señor.


En el desierto cedieron a sus propios deseos; en los páramos pusieron a prueba a Dios.


No permitas que mi corazón se incline a la maldad ni que sea yo cómplice de iniquidades; no me dejes participar de banquetes en compañía de malhechores.


Aunque en vida se considere dichoso, y la gente lo elogie por sus logros,


¡No! Ustedes a plena conciencia cometen injusticias, y la violencia de sus manos se esparce en el país.


Así son los malvados; sin afanarse, aumentan sus riquezas.


Sentí envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de esos malvados.


Deliberadamente pusieron a Dios a prueba y exigieron comida a su antojo.


Una y otra vez ponían a Dios a prueba; provocaban al Santo de Israel.


Pero ellos pusieron a prueba a Dios: se rebelaron contra el Altísimo y desobedecieron sus mandatos.


cuando sus antepasados me tentaron, cuando me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras.


El codicioso anhela el botín de los perversos; pero la raíz de los justos da fruto.


En la tierra suceden cosas que son vanidad, pues hay hombres justos a quienes les va como si fueran malvados y hay malvados a quienes les va como si fueran justos. ¡Y yo digo que también esto es vanidad!


¡Dejen de confiar en simples humanos, que es muy poco lo que valen! ¡Sus vidas son un soplo nada más!


¡Luego, vienen y se presentan ante mí en esta casa que lleva mi Nombre y dicen: ‘Estamos a salvo’, para después seguir cometiendo todas estas abominaciones!


exclamó: «¿No es esta la gran Babilonia que he construido como capital del reino, con mi enorme poder y para la gloria de mi majestad?».


Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.


El rey dio entonces la orden y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel: —¡Que tu Dios, a quien sirves continuamente, se digne salvarte!


Ustedes han cansado al Señor con sus palabras. Y encima preguntan: «¿En qué lo hemos cansado?». En que dicen: «Todo el que hace lo malo agrada al Señor y él se complace con ellos». O se preguntan: «¿Dónde está el Dios de justicia?».


»Miren, ya viene el día, ardiente como un horno. Todos los soberbios y todos los malvados serán como paja; ese día les prenderá fuego hasta dejarlos sin raíz ni rama —dice el Señor de los Ejércitos—.


El día señalado, Herodes, vestido con su ropaje real y sentado en su trono, dirigió un discurso al pueblo.


—¿Por qué se pusieron de acuerdo para poner a prueba al Espíritu del Señor? —le recriminó Pedro—. ¡Mira! Los que sepultaron a tu esposo están a la puerta y ahora te llevarán a ti.


Tampoco pongamos a prueba a Cristo como lo hicieron algunos y murieron víctimas de las serpientes.


Allí sus antepasados me tentaron y me pusieron a prueba, a pesar de haber visto mis obras cuarenta años.


Así mismo, jóvenes, sométanse a los líderes. Revístanse todos de humildad en su trato mutuo, porque: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».


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