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Malaquías 2:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el pacto de nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros?

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿No somos hijos del mismo Padre? ¿No fuimos creados por el mismo Dios? Entonces, ¿por qué nos traicionamos unos a otros, violando el pacto de nuestros antepasados?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado a todos un mismo Dios? ¿Por qué, entonces, cada uno se aprovecha de su hermano, profanando la alianza de nuestros padres?

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios?° ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente uno contra otro,° profanando el pacto de nuestros ancestros?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¿No tenemos todos un mismo Padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos unos a otros, profanando la alianza de nuestros padres?

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Malaquías 2:10
50 Referans Kwoze  

«¡Recuerda esto, Dios mío, en perjuicio de los que profanaron el sacerdocio y el pacto de los sacerdotes y de los levitas!».


El mismo Dios que me formó en el vientre fue el que los formó también a ellos; nos dio forma en el seno materno.


Reconozcan que el Señor es Dios; él nos hizo y somos suyos. Somos su pueblo, ovejas de su prado.


“Ustedes son testigos de lo que hice con Egipto y de que los he traído hacia mí como sobre alas de águilas.


Si ahora ustedes me son del todo obedientes y cumplen mi pacto, serán mi propiedad exclusiva entre todas las naciones. Aunque toda la tierra me pertenece,


Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y leyes del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho».


Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo. Ellos respondieron: —Haremos todo lo que el Señor ha dicho y le obedeceremos.


Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te formó, Israel: «No temas, que yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío.


Yo soy el Señor, su Santo; soy su Rey, el Creador de Israel».


Trae a todo el que sea llamado por mi nombre, al que yo he creado para mi gloria, al que yo hice y formé”».


Así dice el Señor, el que te hizo, el que te formó en el seno materno y te brinda su ayuda: “No temas, Jacob, mi siervo, Jesurún, a quien he escogido,


Miren a Abraham, su padre, y a Sara, quien los dio a luz. Cuando yo lo llamé, él era solo uno, pero lo bendije y lo multipliqué.


Pero tú eres nuestro Padre, aunque Abraham no nos conozca ni nos reconozca Israel; tú, Señor, eres nuestro Padre; ¡tu nombre ha sido siempre «nuestro Redentor»!


Nadie invoca tu nombre ni se esfuerza por aferrarse a ti. Pues nos has dado la espalda y nos has entregado en poder de nuestras iniquidades.


A pesar de todo, Señor, tú eres nuestro Padre; nosotros somos el barro y tú el alfarero. Todos somos obra de tu mano.


Entre llantos vendrán y entre consuelos los conduciré. Los guiaré a corrientes de agua por un camino llano en el que no tropezarán. Yo soy el padre de Israel; mi primogénito es Efraín.


«Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel anda diciendo: “Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión”.


»El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy tu padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor de los Ejércitos, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. »Y encima preguntan: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?”.


Judá ha sido infiel. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse con mujeres que adoran a un dios extraño, Judá ha profanado el santuario que el Señor ama.


Pero ustedes se han desviado del camino y mediante su instrucción han hecho tropezar a muchos; ustedes han arruinado el pacto con Leví —dice el Señor de los Ejércitos—.


»El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten.


Enviaron algunos de sus discípulos junto con los partidarios del rey Herodes, los cuales le dijeron: —Maestro, sabemos que eres un hombre íntegro y que enseñas el camino de Dios de acuerdo con la verdad. No te dejas influir por nadie, porque no te fijas en las apariencias.


No piensen que podrán decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.


Así lo juró a Abraham nuestro padre:


Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. Y no se pongan a decir: “Tenemos a Abraham por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham.


—Nuestro padre es Abraham —replicaron. Entonces Jesús les contestó: —Si fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo.


Las obras de ustedes son como las de su padre. —Nosotros no somos hijos ilegítimos —le reclamaron—. Un solo Padre tenemos y es Dios mismo.


¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Abraham? Él murió, y también murieron los profetas. ¿Quién te crees tú?


Abraham, el padre de ustedes, se regocijó al pensar que vería mi día; y lo vio y se alegró.


»El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres,


ni se deja servir por manos humanas, como si necesitara de algo. Por el contrario, él es quien da a todos la vida, el aliento y todas las cosas.


De un solo hombre hizo todas las naciones para que habitaran toda la tierra; y determinó los períodos de su historia y las fronteras de sus territorios.


Él contestó: —Hermanos y padres, ¡escúchenme! El Dios de la gloria se apareció a nuestro padre Abraham cuando este aún vivía en Mesopotamia, antes de radicarse en Jarán.


Al día siguiente, Moisés sorprendió a dos israelitas que estaban peleando. Trató de reconciliarlos, diciéndoles: “Señores, ustedes son hermanos; ¿por qué quieren hacerse daño?”.


Entonces, ¿qué diremos en el caso de nuestro antepasado Abraham?


No solo eso. También sucedió que los hijos de Rebeca tuvieron un mismo padre, que fue nuestro antepasado Isaac.


para nosotros no hay más que un solo Dios, el Padre, de quien todo procede y para el cual vivimos; y no hay más que un solo Señor, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos.


Por lo tanto, dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad, porque todos somos miembros de un mismo cuerpo.


un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos.


Y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya hemos dicho y advertido.


Después de todo, nuestros padres humanos nos disciplinaban y los respetábamos. ¿No hemos de someternos, con mayor razón, al Padre de los espíritus y viviremos?


Pero yo tomé de ese lugar a Abraham, antepasado de ustedes, lo conduje por toda la tierra de Canaán y le di una descendencia numerosa. Primero di un hijo, Isaac;


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