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Job 42:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 Después de estos sucesos Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Después de esto, Job vivió ciento cuarenta años y pudo ver a cuatro generaciones de sus hijos y nietos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Job vivió todavía ciento cuarenta años después de sus pruebas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Después de estas cosas, vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Después de lo cual, Job vivió hasta los ciento cuarenta años y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos hasta la cuarta generación.

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Job 42:16
13 Referans Kwoze  

y allí mismo murió Téraj a los doscientos cinco años.


Abraham vivió ciento setenta y cinco años;


Isaac tenía ciento ochenta años


Jacob residió diecisiete años en Egipto y llegó a vivir un total de ciento cuarenta y siete años.


y llegó a ver nacer a los hijos de Efraín hasta la tercera generación. Además, cuando nacieron los hijos de Maquir, hijo de Manasés, él los recibió sobre sus rodillas.


José murió en Egipto a los ciento diez años. Una vez que lo embalsamaron, lo pusieron en un ataúd.


No había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job. Su padre les dejó una herencia, lo mismo que a sus hermanos.


Disfrutó de una larga vida y murió muy anciano.


Que vivas para ver a los hijos de tus hijos. ¡Que haya paz en Israel!


Algunos llegamos hasta los setenta años, quizás alcancemos hasta los ochenta, si las fuerzas nos acompañan. Tantos años de vida, sin embargo, solo traen problemas y penas: pronto pasan y volamos.


La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.


Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. Con todo, no se había debilitado su vista ni había perdido su vigor.


Tiempo después murió Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años.


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