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Job 21:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

25 Otros mueren con el ánimo amargado, sin haber disfrutado de lo bueno.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin haber comido jamás con gusto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Otra persona muere en amarga pobreza, sin haber saboreado nunca de la buena vida.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Y hay quien muere con amargura en el alma, sin haber gustado nunca la felicidad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Mientras otro muere con el alma amarga, Sin haber comido cosa buena.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 El otro perece con el alma afligida sin haber probado la felicidad.

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Job 21:25
14 Referans Kwoze  

Usted conoce bien a su padre David y a sus soldados: son valientes y deben estar furiosos como una osa salvaje a la que le han robado su cría. Además, su padre tiene mucha experiencia como hombre de guerra y no ha de pasar la noche con las tropas.


—Tan cierto como el Señor tu Dios vive —respondió ella—, no me queda ni un pedazo de pan; solo tengo un puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite en el jarro. Precisamente estaba recogiendo unos leños para llevármelos a casa y hacer una comida para mi hijo y para mí. ¡Será nuestra última comida antes de morirnos de hambre!


»¡Ya estoy harto de esta vida! Por eso doy rienda suelta a mi queja; desahogo la amargura de mi alma.


Cuando el malvado se haya llenado el vientre, Dios dará rienda suelta a su enojo contra él y descargará sobre él sus golpes.


sus caderas, llenas de grasa; sus huesos, recios hasta la médula.


En el polvo yacen unos y otros, todos ellos cubiertos de gusanos.


»¿Por qué permite Dios que los sufridos vean la luz? ¿Por qué se les da vida a los amargados?


»Por lo que a mí toca, no guardaré silencio; la angustia de mi espíritu me lleva a hablar, la amargura en que vivo me obliga a protestar.


No me dejaría recobrar el aliento; más bien, me saturaría de amargura.


Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría.


a algunos Dios da abundancia, riquezas, honores y no les falta nada que pudieran desear. Sin embargo, es a otros a quienes concede disfrutar de todo ello. ¡Esto es vanidad, una penosa aflicción!


«Hijo de hombre, tiembla al comer tu pan, y llénate de espanto y miedo al beber tu agua.


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