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Job 10:15 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

15 Si soy culpable, ¡ay de mí! Si soy inocente, no puedo levantar mi cabeza. ¡Lleno estoy de vergüenza, y consciente de mi aflicción!

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Biblia Reina Valera 1960

15 Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, no levantaré mi cabeza, Estando hastiado de deshonra, y de verme afligido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

15 Si soy culpable, mala suerte para mí; aun si soy inocente, no puedo mantener mi cabeza en alto porque estoy lleno de vergüenza y sufrimiento.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

15 Si soy culpable, ¡desgraciado de mí!, y si soy inocente, no me animo a levantar la cabeza; estoy saciado de vergüenza, embriagado de aflicción.

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La Biblia Textual 3a Edicion

15 Si soy malo, ¡ay de mí! Y si soy justo, no me atrevo a levantar mi cabeza. ¡Harto estoy de la ignominia, Y de ver mi aflicción!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

15 Si soy culpable, ¡pobre de mí! Y si soy justo, no levantaré la cabeza, lleno de miseria y colmado de pesares.

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Job 10:15
23 Referans Kwoze  

¡Tú bien sabes que no soy culpable y que de tus manos no tengo escapatoria!


Si pienso en esto, me lleno de espanto; un escalofrío me corre por el cuerpo.


Por eso me espanto en su presencia; si pienso en todo esto, me lleno de temor.


»¡Que terminen mis enemigos como los malvados y mis adversarios como los injustos!


Reflexionen, no sean injustos; reflexionen, que en esto radica mi integridad.


Si de algo se adueñara, ¿quién lo haría desistir? ¿Quién puede cuestionar sus actos?


Aunque fuera yo inocente, no puedo defenderme; de mi Juez solo puedo pedir misericordia.


Y ya que me tienen por culpable, ¿para qué voy a luchar en vano?


Considera mi aflicción, y líbrame, pues no me he olvidado de tu Ley.


Fíjate en mi aflicción y en mis penurias y borra todos mis pecados.


por las burlas de los que me insultan y me ofenden, por culpa del enemigo que está presto a la venganza.


Señor, cúbreles el rostro de deshonra para que busquen tu nombre.


Los malvados bajan a los dominios de la muerte, bajan todas la naciones que de Dios se olvidan.


Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias.


¡Ay del malvado, pues le irá mal! ¡Según la obra de sus manos se le pagará!


Entonces grité: «¡Ay de mí, que estoy perdido! Soy un hombre de labios impuros y vivo en medio de un pueblo de labios impuros y mis ojos han visto al Rey, al Señor de los Ejércitos».


»¡Mírame, Señor, que me encuentro angustiada! ¡Siento una profunda agonía! Mi corazón se agita dentro de mí, pues he sido muy rebelde. Allá afuera, la espada me deja sin hijos; dentro de la casa hay ambiente de muerte.


Y ustedes volverán a distinguir entre el justo y el malvado, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.


Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les ha mandado, deben decir: “Somos siervos inútiles; no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber”.


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