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Jeremías 43:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto; los quemará y los llevará cautivos. Sacudirá a Egipto, como un pastor que se sacude los piojos de la ropa, y luego se irá de allí en paz.

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Biblia Reina Valera 1960

12 Y pondrá fuego a los templos de los dioses de Egipto y los quemará, y a ellos los llevará cautivos; y limpiará la tierra de Egipto, como el pastor limpia su capa, y saldrá de allá en paz.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Prenderá fuego a los templos de los dioses egipcios; quemará los templos y se llevará los ídolos como botín. Limpiará la tierra de Egipto como un pastor que limpia su manto de pulgas, pero él saldrá ileso.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, quemará o se llevará sus dioses, despiojará a Egipto como despioja un pastor su manta, y después se irá sin que nadie lo moleste.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto y los quemará, y a ellos los llevará cautivos; y así como el pastor se sacude la capa, limpiará la tierra de Egipto, y saldrá de allí en paz.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto, quemará o se llevará cautivos a sus dioses; y espulgará el país de Egipto como el pastor espulga su vestido. Luego saldrá de allí tranquilamente.

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Jeremías 43:12
36 Referans Kwoze  

Allí los filisteos abandonaron a sus ídolos, y David y sus soldados se los llevaron.


La vestidura y el caballo deberán entregarse a uno de los nobles más ilustres del rey, para que vista al hombre a quien el rey desea honrar, y que lo pasee a caballo por las calles de la ciudad, proclamando a su paso: “¡Así se trata al hombre a quien el rey desea honrar!”.


Si es así, cúbrete de gloria y esplendor; revístete de honra y majestad.


Te cubres de luz como con un manto; extiendes los cielos como una cortina.


Revestiré de salvación a sus sacerdotes y jubilosos cantarán sus fieles.


A sus enemigos los cubriré de vergüenza, pero él lucirá su corona esplendorosa».


»Esa misma noche pasaré por todo Egipto y heriré de muerte a todos los primogénitos, tanto de personas como de animales, y ejecutaré mi sentencia contra todos los dioses de Egipto. Yo soy el Señor.


Profecía contra Egipto: ¡Miren al Señor! Llega a Egipto montado sobre una nube veloz. Los ídolos de Egipto tiemblan en su presencia; el corazón de los egipcios desfallece en su interior.


¡Ahí viene un hombre en un carro de combate tirado por un par de caballos! Y este es su mensaje: “¡Ha caído, ha caído Babilonia! ¡Todas las imágenes de sus dioses han rodado por el suelo!”».


Bel se inclina, Nebo se somete; sus ídolos son llevados por bestias de carga. Pesadas son las imágenes que por todas partes llevan; son una carga para el agotado.


Todos a la vez se someten y se inclinan; no pudieron rescatar la carga y ellos mismos van al cautiverio.


Alza tus ojos y mira a tu alrededor; todos se reúnen y vienen hacia ti. Tan cierto como que yo vivo, a todos ellos los usarás como adorno, los lucirás en tu vestido de novia», afirma el Señor.


¡Despierta, Sión, despierta! ¡Revístete de poder! Jerusalén, ciudad santa, ponte tus vestidos de gala, pues los incircuncisos e impuros no volverán a entrar en ti.


Se puso la justicia como coraza y se cubrió la cabeza con el casco de la salvación; se vistió con ropas de venganza y se envolvió en el manto de sus celos.


Me deleito mucho en el Señor; me regocijo en mi Dios. Porque él me vistió con ropas de salvación y me cubrió con el manto de la justicia. Soy semejante a un novio que luce su diadema o una novia adornada con sus joyas.


Gente extraña pastoreará los rebaños de ustedes, sus campos y viñedos serán labrados por un pueblo extranjero.


«Así les dirás: “Los dioses que no hicieron los cielos ni la tierra, desaparecerán de la tierra y de debajo del cielo”».


No valen nada, son objetos de burla; cuando llegue el día del juicio serán destruidos.


También se la di a beber al faraón, rey de Egipto, a sus siervos, oficiales y todo su pueblo;


Destruirá los obeliscos de Bet Semes y prenderá fuego a los templos de los dioses de Egipto”».


El Señor de los Ejércitos, el Dios de Israel, dice: «Voy a castigar a Amón, dios de Tebas, a Egipto, a sus dioses y reyes, al faraón y a los que en él confían.


Por cuanto confías en tus obras y en tus riquezas, también tú serás capturada. Quemós, tu dios, irá al exilio, junto con sus sacerdotes y oficiales.


«Prenderé fuego al muro de Damasco, y los palacios de Ben Adad serán consumidos».


«¡Anuncien y proclamen entre las naciones! ¡Proclámenlo, levanten un estandarte! No oculten nada, sino digan: “¡Babilonia será conquistada! ¡Bel quedará en vergüenza! ¡Marduc quedará aterrado! ¡Sus imágenes quedan humilladas y sus ídolos, aterrados!”.


Voy a castigar al dios Bel en Babilonia; haré que vomite lo que se ha tragado. Ya no acudirán a él las naciones ni quedará en pie el muro de Babilonia.


Durante cuarenta años quedará completamente deshabitada; ni hombres ni animales pasarán por allí.


Por eso, así dice el Señor y Dios: Pondré a Egipto en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien se apoderará de sus riquezas, saqueará sus despojos y se llevará el botín que servirá de recompensa para su ejército.


»Así dice el Señor y Dios: »“Voy a destruir a todos los ídolos de Menfis; pondré fin a sus dioses falsos. No habrá más príncipe en Egipto y llenaré de temor la tierra.


Se apoderará de las estatuas de metal de sus dioses, de sus objetos de oro y plata. Se los llevará a Egipto, dejando tranquilo al rey del norte durante algunos años.


El Señor será terrible contra ellos, cuando destruya a todos los dioses de la tierra; y así hasta las naciones más remotas se postrarán en adoración ante él, cada cual en su propia tierra.


La noche está muy avanzada y ya se acerca el día. Por eso, dejemos a un lado las obras de la oscuridad y pongámonos la armadura de la luz.


y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad.


Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del diablo.


Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, santo y amado, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia,


Por encima de todo, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto.


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