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Isaías 66:23 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

23 «Sucederá que, de una luna nueva a otra y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí», dice el Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 Toda la humanidad vendrá a adorarme semana tras semana y mes tras mes.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Cada luna nueva y cada sábado, todo hombre vendrá a postrarse ante mí, dice Yavé,

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 Y sucederá de novilunio en novilunio, Y de shabbat en shabbat, Que toda criatura vendrá para postrarse delante de mí, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Y de luna nueva en luna nueva y de sábado en sábado vendrá todo mortal a postrarse ante mí -dice Yahveh-.

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Isaías 66:23
25 Referans Kwoze  

—¿Para qué vas a verlo hoy? —preguntó su esposo—. No es día de luna nueva ni sábado. —No importa —respondió ella.


porque del Señor es el reino; él gobierna sobre las naciones.


Tú escuchas la oración, a ti acude todo mortal.


Cuando nuestras iniquidades y nuestros delitos nos abrumaban, tú los perdonaste.


Todas las naciones que has hecho vendrán, Señor, y ante ti se postrarán y glorificarán tu nombre.


De modo que el Señor se dará a conocer a los egipcios y en aquel día ellos reconocerán al Señor: lo servirán con sacrificios y ofrendas de grano. Harán promesas al Señor y se las cumplirán.


En aquel día habrá un camino desde Egipto hasta Asiria. Los asirios irán a Egipto y los egipcios a Asiria, y unos y otros adorarán juntos.


En los últimos días, el monte del Templo del Señor será establecido como el más alto de los montes; se alzará por encima de las colinas y hacia él correrán todas las naciones.


En aquel día sonará una gran trompeta. Los que fueron llevados a Asiria y los que fueron desterrados a Egipto vendrán y adorarán al Señor sobre el monte santo en Jerusalén.


Así dice el Señor, el Redentor y Santo de Israel, al despreciado y aborrecido por las naciones, al siervo de los gobernantes: «Los reyes te verán y se pondrán de pie, los príncipes te verán y se postrarán, por causa del Señor, el Santo de Israel, que es fiel y te ha escogido».


Porque en mi monte santo, el monte elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que habitan en el país. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo. Allí los recibiré y exigiré sus ofrendas y sus primicias, con todos los sacrificios sagrados.


Será deber del príncipe proveer los holocaustos, las ofrendas de cereales y las ofrendas líquidas en las fiestas, las lunas nuevas, los sábados y en todas las fiestas señaladas en el pueblo de Israel. Deberá también proveer las ofrendas por el pecado, las ofrendas de cereales, los holocaustos y las ofrendas de comunión para obtener perdón por los pecados de Israel.


»”Así dice el Señor y Dios: La puerta oriental del atrio interior permanecerá cerrada durante los días laborables, pero se abrirá los sábados y los días de luna nueva.


En el día de luna nueva deberá ofrecer un novillo, seis corderos y un carnero, todos ellos sin defecto alguno.


También Judá peleará en Jerusalén. Se recogerán las riquezas de todas las naciones vecinas y grandes cantidades de oro, plata y ropa.


»Entonces los sobrevivientes de todas las naciones que atacaron a Jerusalén subirán año tras año para adorar al Rey, al Señor de los Ejércitos, y para celebrar la fiesta de las Enramadas.


Y si el pueblo egipcio no sube ni participa, tampoco recibirá lluvia. El Señor enviará una plaga para castigar a las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas.


¡Así será castigado Egipto y todas las naciones que no suban a celebrar la fiesta de las Enramadas!


Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los Ejércitos—.


Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.


¿Quién no te temerá, oh Señor? ¿Quién no glorificará tu nombre? Solo tú eres santo. Todas las naciones vendrán y te adorarán, porque han salido a la luz las obras de tu justicia».


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