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Isaías 62:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 Serán llamados «Pueblo santo», «Redimidos del Señor»; y tú serás llamada «Ciudad anhelada», «Ciudad no abandonada».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová; y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Serán llamados «El pueblo santo» y «El pueblo redimido por el Señor». Y Jerusalén será conocida como «El lugar deseable» y «La ciudad ya no abandonada».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Entonces los llamarán a ustedes 'Pueblo Santo', 'Rescatados por Yavé', y a ti te dirán 'La deseada', 'Ciudad no Abandonada'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Entonces los llamarán Pueblo Santo, Redimidos de YHVH, Y a ti te llamarán la Deseada, Ciudad no desamparada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Los llamarán 'Pueblo santo', 'Redimidos de Yahveh'. A ti te llamarán 'Buscada', 'Ciudad no abandonada''.

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Isaías 62:12
30 Referans Kwoze  

Que lo digan los redimidos del Señor, a quienes redimió del poder del adversario,


ustedes serán para mí un reino de sacerdotes y una nación santa”. »Comunícales todo esto al pueblo de Israel».


Con justicia Sión será redimida y con rectitud, los que se arrepientan.


Habrá allí una calzada que será llamada Camino de Santidad. No viajarán por ella los impuros ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen en ese camino.


No habrá allí ningún león, ni bestia feroz que por él pase; ¡allí no se les encontrará! ¡Por allí pasarán solamente los redimidos!


Entonces tanto el que quede en Sión como el que sobreviva en Jerusalén serán llamados santos; todos los inscritos para vivir en Jerusalén.


»Los pobres y los necesitados buscan agua, pero no la encuentran; la sed les ha resecado la lengua. Pero yo, el Señor, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.


Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré y no los abandonaré.


¿No fuiste tú el que secó el mar, esas aguas del gran abismo? ¿El que en las profundidades del mar hizo un camino para que por él pasaran los redimidos?


Porque así dice el Señor: «Ustedes fueron vendidos por nada, y sin dinero serán redimidos».


Entonces todo tu pueblo será justo y poseerá la tierra para siempre. Serán el renuevo plantado por mí mismo, la obra maestra que me glorificará.


Las naciones verán tu justicia y todos los reyes, tu gloria; recibirás un nombre nuevo, que el Señor mismo te dará.


Ya no te llamarán «Abandonada» ni a tu tierra la llamarán «Devastada»; sino que serás llamada «Mi deleite», tu tierra se llamará «Mi esposa»; porque el Señor se deleitará en ti y tu tierra tendrá esposo.


Tu pueblo poseyó por un tiempo tu santuario, pero ahora lo han pisoteado nuestros enemigos.


«Me di a conocer a los que no preguntaban por mí; dejé que me hallaran los que no me buscaban. A una nación que no invocaba mi nombre, dije: “¡Aquí estoy, aquí estoy!”.


Yo te digo que tú eres Pedro. Sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas de los dominios de la muerte no prevalecerán contra ella.


enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.


Tengo otras ovejas que no son de este redil y también a ellas debo traerlas. Así ellas escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor.


Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.


El Señor ha declarado que te pondrá por encima de todas las naciones que ha formado, para que seas alabado y recibas fama y honra. Serás una nación consagrada al Señor tu Dios.


El Señor te establecerá como su pueblo santo, conforme a su juramento, si cumples sus mandamientos y andas en sus caminos.


Porque para el Señor tu Dios tú eres un pueblo santo; él te eligió para que fueras su propiedad exclusiva entre todos los pueblos de la tierra.


Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré».


Pero ustedes son descendencia escogida, sacerdocio regio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.


Y entonaban este nuevo cántico: «Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación.


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