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Isaías 5:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 La viña del Señor de los Ejércitos es la nación de Israel; el pueblo de Judá es su huerto preferido. Él esperaba justicia, pero encontró ríos de sangre; esperaba rectitud, pero encontró gritos de angustia.

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Biblia Reina Valera 1960

7 Ciertamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel, y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio, y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 La nación de Israel es la viña del Señor de los Ejércitos Celestiales. El pueblo de Judá es su agradable huerto. Él esperaba una cosecha de justicia, pero, en cambio, encontró opresión. Esperaba encontrar rectitud, pero, en cambio, oyó gritos de violencia.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 La viña de Yavé Sabaot es el pueblo de Israel, y los hombres de Judá, su cepa escogida. El esperaba rectitud, y va creciendo el mal; esperaba justicia, y sólo se oye el grito de los oprimidos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 La viña de YHVH Sebaot es la casa de Israel, Y los hombres de Judá su plantel preferido. Esperaba equidad, y he aquí iniquidad; Rectitud, ¡y he aquí acritud!°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 La viña de Yahveh Sebaot es la casa de Israel; y los hombres de Judá el plantel de sus delicias. Esperaba justicia y mirad: ¡iniquidad! Esperaba honradez y mirad: ¡lamentos!

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Isaías 5:7
47 Referans Kwoze  

—¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano me reclama justicia.


También voy a designar un lugar para mi pueblo Israel, y allí los plantaré para que puedan vivir sin sobresaltos. Sus malvados enemigos no volverán a oprimirlos como lo han hecho desde el principio,


Hicieron llegar a su presencia el clamor de los pobres y necesitados, y Dios lo escuchó.


el Señor se complace en los que le temen, en los que confían en su gran amor.


Porque el Señor se complace en su pueblo; a los humildes concede el honor de la victoria.


¡Es la raíz que plantaste con tu diestra! ¡Es el vástago que has criado para ti!


Pero el Señor siguió diciendo: —Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias.


Quien cierra sus oídos al clamor del pobre llorará también sin que nadie le responda.


Luego me fijé en tanta opresión que hay bajo el sol. Vi llorar a los oprimidos y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores y no había quien los consolara.


Cuán bella eres, amor mío, ¡cuán encantadora en tus delicias!


¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel! Antes estaba llena de justicia. La rectitud moraba en ella, pero ahora solo quedan asesinos.


Desde la planta del pie hasta la coronilla no les queda nada sano: todo en ellos es heridas, moretones y llagas abiertas, que no les han sido curadas, ni vendadas, ni aliviadas con aceite.


«Canten en aquel día a la viña escogida:


El Señor entra en juicio contra los jefes y líderes de su pueblo: «¡Ustedes han arruinado la viña y el despojo del pobre está en sus casas!


¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos.


Por eso el Señor cubrirá de sarna la cabeza de las hijas de Sión; el Señor las dejará completamente calvas».


Así dice el Santo de Israel: «Ustedes han rechazado esta palabra; han confiado en la opresión y en la perversidad y se han apoyado en ellas.


Escúchenme ustedes, gente de corazón duro, que están lejos de la justicia.


La cavó, la limpió de piedras y la plantó con las mejores cepas. Edificó una torre en medio de ella y además preparó un lagar. Él esperaba que diera buenas uvas, pero acabó dando uvas agrias.


Hemos sido rebeldes; hemos negado al Señor. Le hemos vuelto la espalda a nuestro Dios. Fomentamos la opresión y la traición; proferimos las mentiras concebidas en nuestro corazón.


Así se vuelve la espalda al derecho y se mantiene alejada la justicia; a la verdad se le hace tropezar en la plaza y no damos lugar a la honradez.


Nadie clama por la justicia; nadie va a juicio con integridad. Se confía en argumentos sin sentido y se mienten unos a otros. Conciben malicia y dan a luz perversidad.


Como un joven que se casa con una joven, así el que te edifica se casará contigo; como un novio que se regocija por su novia, así tu Dios se regocijará por ti.


Muchos pastores han destruido mi viña, han pisoteado mi terreno; han hecho de mi hermosa parcela un desierto desolado.


Una de ellas tenía higos muy buenos, como los que maduran primero; la otra tenía higos muy malos, tan malos que no se podían comer.


Tiembla la tierra por la estruendosa caída de Babilonia; resuenan sus gritos en medio de las naciones.


Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero.


Israel era una vid frondosa que daba fruto para sí mismo. Pero cuanto más aumentaba su fruto, más altares construía; cuanto más prosperaba su país, más hermosas hacía sus piedras sagradas.


Los ricos de la ciudad son gente violenta; sus habitantes son gente mentirosa; y sus lenguas hablan con engaño.


¡Él te ha mostrado, oh mortal, lo que es bueno! ¿Y qué es lo que espera de ti el Señor?: Practicar la justicia, amar la misericordia y caminar humildemente ante tu Dios.


¿Por qué me haces presenciar tanta iniquidad? ¿Por qué toleras la maldad? Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas.


porque el Señor tu Dios, está en medio de ti como poderoso guerrero que salva. Se deleitará en ti con gozo, te renovará con su amor, se alegrará por ti con cantos».


»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas! Dan la décima parte de sus especias: la menta, el anís y el comino. Pero han descuidado los asuntos más importantes de la Ley, tales como la justicia, la misericordia y la fidelidad. Debían haber practicado esto sin descuidar aquello.


¿Acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará mucho en responderles?


Toda rama que en mí no da fruto la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía.


No des cabida en tu corazón a la perversa idea de que, por acercarse el año séptimo, año del perdón de las deudas, puedes hacer mala cara y no dar nada a tu compatriota necesitado. De lo contrario, él podrá apelar al Señor contra ti y tú resultarás culpable de pecado.


Oigan cómo clama contra ustedes el salario no pagado a los obreros que trabajaron en sus campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor de los Ejércitos.


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