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Isaías 45:5 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

5 Yo soy el Señor y no hay otro; fuera de mí no hay ningún Dios. Aunque tú no me conoces, te fortaleceré,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Yo soy Jehová, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Yo soy el Señor; no hay otro Dios. Te he preparado para la batalla, aunque tú ni siquiera me conoces,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Yo soy Yavé, y no hay otro igual, fuera de mí no hay ningún otro Dios. Sin que me conocieras estuve contigo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Yo soy YHVH, y no hay otro, Fuera de mí no hay Dios. Yo te he ceñido, aunque no me conoces,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Yo, Yahveh, y nadie más; fuera de mí no hay ningún dios. Te ciño sin que me conozcas,

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Isaías 45:5
28 Referans Kwoze  

Así todos los pueblos de la tierra sabrán que el Señor es Dios y que no hay otro.


«Esto es lo que ordena Ciro, rey de Persia: »El Señor, Dios del cielo, que me ha dado todos los reinos de la tierra, me ha encargado que le construya un templo en la ciudad de Jerusalén, que está en Judá.


Despoja de su autoridad a los reyes y ata una soga a su cintura.


Cubre de desprecio a los nobles y desarma a los poderosos.


Pues ¿quién es Dios sino el Señor? ¿Quién es la Roca sino nuestro Dios?


Es él quien me arma de valor y hace perfecto mi camino;


da a mis pies la ligereza del venado y me mantiene firme en las alturas;


Tú me armaste de valor para el combate; doblegaste ante mí a los rebeldes.


Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡solo tú eres Dios!


Porque esta vez voy a enviar el grueso de mis plagas contra ti, y contra tus funcionarios y tu pueblo, para que sepas que no hay en toda la tierra nadie como yo.


Le pondré tu túnica, le colocaré tu faja y le daré tu autoridad. Será como un padre para los habitantes de Jerusalén y para la tribu de Judá.


Ahora, pues, Señor y Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que todos los reinos de la tierra sepan que solo tú, Señor, eres Dios».


«Ustedes son mis testigos», afirma el Señor, «y mi siervo a quien he escogido, para que me conozcan y crean en mí, y entiendan que yo soy. Antes de mí no hubo ningún otro dios ni habrá ninguno después de mí.


»Así dice el Señor, el Señor de los Ejércitos, Rey y Redentor de Israel: “Yo soy el Primero y el Último; fuera de mí no hay otro dios.


No tiemblen ni se asusten. ¿Acaso no lo anuncié y predije hace tiempo? Ustedes son mis testigos. ¿Hay algún Dios fuera de mí? No, no hay otra Roca; no conozco ninguna”».


Así dice el Señor a Ciro, su ungido, a quien tomó de la mano derecha para someter a su dominio las naciones y despojar de su armadura a los reyes, para abrir a su paso las puertas y dejar abiertas las entradas:


para que sepan de oriente a occidente que no hay ningún otro fuera de mí. Yo soy el Señor y no hay ningún otro.


Recuerden las cosas pasadas, aquellas de antaño; yo soy Dios y no hay ningún otro, yo soy Dios y no hay nadie igual a mí.


»Ahora, escucha esto, provocadora; tú, que moras confiada y te dices a ti misma: “Yo soy y no hay otra fuera de mí. Nunca enviudaré ni me quedaré sin hijos”.


Fortaleceré a su vez los brazos del rey de Babilonia: pondré mi espada en sus manos y quebraré los brazos del faraón. Entonces él gemirá ante su enemigo como herido de muerte.


Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel, que yo soy el Señor su Dios, y no hay otro fuera de mí. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!


En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios.


»¡Vean ahora que yo soy único! No hay otro dios fuera de mí. Yo doy la muerte y devuelvo la vida, causo heridas y doy sanidad. Nadie puede librarse de mi mano.


A ustedes se les ha mostrado todo esto para que sepan que el Señor es Dios y que no hay otro fuera de él.


Reconozcan y consideren seriamente hoy que el Señor es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra; no hay otro.


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