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Isaías 44:19 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

19 Ninguno se detiene a pensar, les falta conocimiento y entendimiento para decir: «Usé la mitad para combustible; incluso horneé pan sobre las brasas, asé carne y la comí. ¿Y haré algo abominable con lo que queda? ¿Me postraré ante un pedazo de madera?».

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Biblia Reina Valera 1960

19 No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abominación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 La persona que hizo el ídolo nunca se detiene a reflexionar: «¡Vaya, es solo un pedazo de madera! Quemé la mitad para tener calor y la usé para cocer el pan y asar la carne. ¿Cómo es posible que lo que queda sea un dios? ¿Acaso debo inclinarme a rendir culto a un pedazo de madera?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 No reflexionan ni son capaces de pensar o entender y decirse: 'He echado la mitad al fuego, he puesto a cocer el pan sobre las brasas, he asado la carne que me comí, ¿y con lo que sobra voy a hacer esta tontería? ¿Y me voy a agachar ante un trozo de madera?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Nadie medita en su corazón, ni hay conocimiento ni criterio para decir: La mitad quemé en el fuego y sobre sus ascuas cocí pan y asé carne para comer, ¿haré del resto una abominación? ¿Me postraré ante un leño?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 No reflexiona, ni tiene conocimiento ni inteligencia para decir: 'Una mitad la quemé en el fuego y luego cocí pan sobre sus brasas. Aso la carne y la como, y el resto lo convierto en abominación. Ante un trozo de madera me inclino'.

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Isaías 44:19
16 Referans Kwoze  

Por el contrario, Salomón siguió a Astarté, diosa de los sidonios, y a Moloc, el detestable dios de los amonitas.


Fue en esa época cuando, en una montaña al este de Jerusalén, Salomón edificó un altar pagano para Quemós, el detestable dios de Moab, y otro para Moloc, el despreciable dios de los amonitas.


Profanó los altares paganos que había al este de Jerusalén, en el lado sur de la Colina de la Destrucción, los cuales Salomón, rey de Israel, había construido para Astarté, la despreciable diosa de los sidonios, para Quemós, el detestable dios de los moabitas, y para Moloc, el abominable dios de los amonitas.


Josías hizo pedazos las piedras sagradas y las imágenes de la diosa Aserá, y llenó con huesos humanos los lugares donde se habían erigido.


Como si nada hubiera pasado, se dio media vuelta y regresó a su palacio.


No saben nada, no entienden nada; sus ojos están velados y no ven; su corazón está cerrado y no entienden.


»Reúnanse, fugitivos de las naciones; congréguense y vengan. Ignorantes son los que cargan imágenes de madera y oran a dioses que no pueden salvar.


»Recuerden esto, rebeldes; piénsenlo bien, fíjenlo en su corazón.


Por eso mi pueblo será exiliado por falta de conocimiento; sus nobles perecerán de hambre y la gente común morirá de sed.


Pero los que sacrifican toros son como los que matan hombres; los que ofrecen corderos son como los que desnucan perros; los que presentan ofrendas de grano son como los que ofrecen sangre de cerdo y los que queman ofrendas de incienso son como los que adoran ídolos. Ellos han escogido sus propios caminos, y se deleitan en sus abominaciones.


Aquel hombre me dijo: «Hijo de hombre, abre los ojos, escucha bien y presta atención a todo lo que estoy por mostrarte, pues para eso se te ha traído aquí. Anda luego y comunícale al pueblo de Israel todo lo que veas».


Mi pueblo consulta a su ídolo de madera y ese pedazo de palo le responde. Un espíritu de prostitución los descarría; se prostituyen en abierto desafío a su Dios.


No consideran en sus corazones que yo recuerdo todas sus maldades. Sus malas acciones los tienen cercados, siempre las tengo presentes.


Así dice ahora el Señor de los Ejércitos: «¡Reflexionen sobre su proceder!


«Maldito sea quien haga una imagen, ya sea tallada en madera o fundida en metal, y la ponga en un lugar secreto. Es creación de las manos de un artífice y por lo tanto es detestable al Señor». Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».


«Guarden en su corazón todo lo que les he declarado solemnemente este día, y digan a sus hijos que obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley.


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