Isaías 32:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

⁹ Mujeres indolentes, ¡levántense y escúchenme! Hijas que se sienten tan confiadas, ¡presten atención a lo que voy a decirles!

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁹ Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁹ Escuchen, mujeres, ustedes que están acostumbradas a la buena vida. Escúchenme, ustedes que son tan engreídas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁹ Mujeres despreocupadas, levántense, oigan lo que les digo; hijas demasiado confiadas, escuchen mis palabras.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁹ ¡Oh mujeres indolentes, levantaos! Damas confiadas, escuchad mis razones, y oíd mi voz:

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁹ Mujeres descuidadas, levantaos, escuchad ni voz; hijas confiadas, atended a mi palabra:

Isaías 32:9 Referans Kwoze

Salmos 123:4

del escarnio de los arrogantes y del menosprecio de los orgullosos.

Isaías 28:23

Escuchen, oigan mi voz; presten atención, oigan mi palabra:

Isaías 3:16

El Señor dice: «Las hijas de Sión son tan orgullosas que caminan con el cuello estirado, con ojos seductores y pasitos cortos, haciendo sonar los adornos de sus pies.

Jeremías 9:19

Desde Sión se escuchan quejidos y lamentos: “Hemos sido devastados; nos han avergonzado por completo. Tenemos que abandonar nuestra tierra, porque han derribado nuestras casas”».

Jeremías 9:20

Escuchen, mujeres, la palabra del Señor; reciban sus oídos la palabra de su boca. Enseñen a sus hijas a entonar endechas; que unas a otras se enseñen este lamento:

Lamentaciones 4:5

Quienes antes comían los más ricos manjares hoy desfallecen de hambre por las calles. Quienes antes se vestían de fina lana color púrpura hoy se revuelcan en medio de la basura.

Sofonías 2:15

Esta es la ciudad alegre que habitaba segura, la que se decía a sí misma: «Yo y nadie más». ¡Cómo ha quedado convertida en espanto, en guarida de fieras! Todo el que pasa junto a ella se mofa y le hace gestos con las manos.

Mateo 13:9

El que tenga oídos, que oiga».

Deuteronomio 28:56

que aun la más tierna y sensible de tus mujeres, tan sensible y tierna que no se atrevería a rozar el suelo con la planta de los pies, no tendrá compasión de su propio esposo al que ama, ni de sus hijos ni de sus hijas.

Jueces 9:7

Cuando Jotán se enteró, subió a la cima del monte Guerizín y les gritó bien fuerte: «¡Escúchenme, habitantes de Siquén, para que Dios los escuche a ustedes!