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Isaías 26:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 La senda del justo es recta; tú, que eres íntegro, allanas su camino.

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Biblia Reina Valera 1960

7 El camino del justo es rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Sin embargo, para los que son justos, el camino no es empinado ni accidentado. Tú eres Dios. Haces lo que es justo y allanas el camino delante de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 El camino del justo es siempre derecho, tú le allanas el camino recto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 La senda del justo es recta; Tú, ¡oh Recto! allanas la senda del justo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 La vereda del justo es rectitud, la senda recta del justo tú la allanas.

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Isaías 26:7
30 Referans Kwoze  

Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con honestidad te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.


¡que Dios me pese en una balanza justa y así comprobará mi integridad!


Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malvados lleva a la perdición.


El Señor está en su santo Templo, en los cielos tiene el Señor su trono y atentamente observa al ser humano; con sus propios ojos lo examina.


Porque el Señor es justo y ama la justicia, los rectos contemplarán su rostro.


Señor, hazme conocer tus caminos; y enséñame tus sendas.


Encamíname en tu verdad. Y enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvación. ¡En ti pongo mi esperanza todo el día!


Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud, por causa de mis enemigos.


En sus palabras no hay sinceridad; en su interior solo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto; de su lengua salen engaños.


La justicia endereza el camino de los íntegros, pero la maldad hace caer a los malvados.


Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichosos sus hijos después de él!


Torcido es el camino del culpable, pero recta la conducta del hombre honrado.


Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas.


La senda de los justos se asemeja a los primeros albores de la aurora: su esplendor va en aumento hasta que el día alcanza su plenitud.


Por eso el Señor los espera, para tenerles piedad; por eso se levanta para mostrarles compasión. Porque el Señor es un Dios de justicia. ¡Dichosos todos los que en él esperan!


Habrá allí una calzada que será llamada Camino de Santidad. No viajarán por ella los impuros ni transitarán por ella los necios; será solo para los que siguen en ese camino.


Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré y no los abandonaré.


Pero no tendrán que apresurarse ni salir huyendo, porque el Señor marchará a la cabeza; ¡el Dios de Israel les cubrirá la espalda!


Los que van por el camino recto mueren en paz; hallan reposo en su lecho de muerte.


Señor, yo sé que nadie es dueño de su destino, que no le es dado al caminante dirigir sus propios pasos.


¿Quién es sabio?, el que entiende estas cosas; ¿quién tiene discernimiento?, el que las comprende. Ciertamente son rectos los caminos del Señor: en ellos caminan los justos, mientras que allí tropiezan los rebeldes.


Pero el Señor que está en ella es justo y no comete iniquidad. Cada mañana imparte su justicia y no deja de hacerlo cada nuevo día, pero el inicuo no conoce la vergüenza.


Por lo tanto, no juzguen nada antes de tiempo; esperen hasta que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que está oculto en la oscuridad y pondrá al descubierto las intenciones de cada corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que le corresponda.


Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que vienen de Dios. Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana, sino a la gracia de Dios.


Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.


Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es hijo de Dios, como tampoco lo es el que no ama a su hermano.


Queridos hijos, que nadie los engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo.


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