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Isaías 26:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 Señor, nosotros estuvimos ante ti como cuando una mujer embarazada se retuerce y grita de dolor al momento de dar a luz.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 Como la mujer encinta cuando se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así hemos sido delante de ti, oh Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Como la mujer embarazada se retuerce y grita de dolor mientras da a luz, así estábamos en tu presencia, Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Como la mujer sufre al dar a luz, se retuerce y grita en sus dolores, así estuvimos ante ti, Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Como la parturienta que le llega el parto, Se retuerce y grita de dolor, Así hemos estado en tu presencia, oh YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Como mujer encinta que va a dar a luz, que se retuerce, grita en sus dolores, así fuimos nosotros delante de ti, Yahveh.

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Isaías 26:17
11 Referans Kwoze  

A la mujer dijo: «Multiplicaré tu sufrimiento en el parto y darás a luz a tus hijos con dolor. Desearás a tu marido, y él te dominará».


Allí el miedo se apoderó de ellos y un dolor de parturienta les sobrevino.


Quedan todos aterrados; dolores y angustias los atrapan: ¡se retuercen de dolor, como si estuvieran de parto! Espantados, se miran unos a otros; ¡tienen el rostro encendido!


Por eso mi cuerpo se estremece de angustia, sufro de agudos dolores, como los de una parturienta; lo que oigo, me aturde; lo que veo, me desconcierta.


Y estos dijeron a Isaías: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz.


Pregunten y vean si acaso los varones dan a luz. ¿Por qué, pues, veo a todos los hombres con las manos sobre el vientre, como mujeres con dolores de parto? ¿Por qué han palidecido todos los rostros?


Oigo el grito como de parturienta, quejidos como de primeriza. Es el grito de la hija de Sión, que respira con dificultad; que extiende los brazos y dice: «¡Ay de mí, que desfallezco! ¡Estoy en manos de asesinos!».


Nos ha llegado la noticia y nuestras manos flaquean; la angustia nos domina, como si tuviéramos dolores de parto.


La mujer que está por dar a luz siente dolores porque ha llegado su momento, pero en cuanto nace la criatura se olvida de su angustia por la alegría de haber traído al mundo un nuevo ser.


Cuando la gente esté diciendo: «Paz y seguridad», vendrá de improviso sobre ellos la destrucción, como llegan los dolores de parto a la mujer embarazada. De ninguna manera podrán escapar.


Estaba embarazada y gritaba por los dolores y angustias del parto.


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