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Isaías 26:16 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

16 Señor, en la angustia te buscaron; apenas lograban susurrar una oración cuando tú los corregías.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

16 Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron oración cuando los castigaste.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 Señor, en nuestra angustia te hemos buscado; bajo la carga de tu disciplina hemos orado.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Yavé, en la angustia te buscábamos; vivíamos bajo la opresión y tu castigo nos apretaba.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Oh YHVH, en la angustia acudieron a ti; Derramaron la oración cuando la fuerza de tu castigo arreciaba.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Yahveh, en la angustia te buscamos, murmuramos oraciones cuando tu castigo estaba sobre nosotros.

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Isaías 26:16
23 Referans Kwoze  

Ante él expongo mi queja; ante él expreso mi angustia.


El corazón me dice: «¡Busca su rostro!». Y yo, Señor, tu rostro busco.


Recuerdo esto y me deshago en llanto: yo solía ir con la multitud y la conducía a la casa de Dios. Entre voces de alegría y acciones de gracias hacíamos gran celebración.


Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás».


Me acuerdo de Dios y me lamento; medito en él y mi espíritu desfallece. Selah


Si Dios los hería de muerte, entonces lo buscaban, y con ansias se volvían de nuevo a él.


Él me invocará y yo le responderé; estaré con él en momentos de angustia, lo libraré y lo llenaré de honores.


Y estos dijeron a Isaías: «Así dice Ezequías: “Hoy es un día de angustia, castigo y deshonra, como cuando los hijos están a punto de nacer y no se tienen fuerzas para darlos a luz.


A un trozo de madera le dicen: “Tú eres mi padre”, y a una piedra le repiten: “Tú me has dado a luz”. Me han vuelto la espalda; no quieren darme la cara. Pero les llega la desgracia y me dicen: “¡Levántate y sálvanos!”.


Tú, que habitas en el Líbano, que has puesto tu nido entre los cedros, ¡cómo gemirás cuando te vengan los dolores, dolores como de parturienta!


Entonces ustedes me invocarán, vendrán a suplicarme y yo los escucharé.


Levántate y clama por las noches, cuando empiece la vigilancia nocturna. Deja correr el llanto de tu corazón como agua derramada ante el Señor. Eleva tus manos a Dios en oración por la vida de tus hijos, que desfallecen de hambre y quedan tendidos por las calles.


Volveré luego a mi morada hasta que reconozcan su culpa y busquen mi rostro; en su angustia me buscarán con sinceridad».


No me invocan de corazón, sino que se lamentan echados en sus camas. Para obtener grano y vino nuevo se laceran y se ponen en mi contra.


El pueblo se acercó entonces a Moisés y dijo: —Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo,


»Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y arrepiéntete.


Pero los israelitas contestaron al Señor: —Hemos pecado. Haz con nosotros lo que mejor te parezca, pero te rogamos que nos salves en este día.


—No, mi señor; no he bebido vino ni cerveza. Soy solo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante del Señor.


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