Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Isaías 23:13 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

13 ¡Mira la tierra de los babilonios! ¡Ese pueblo ya no existe! Asiria la ha convertido en refugio de las fieras del desierto; levantaron torres de asedio, demolieron sus fortalezas y las convirtieron en ruinas.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 Mira la tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron sus palacios; él la convirtió en ruinas.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Miren a la tierra de Babilonia: ¡la gente de esa tierra ha desaparecido! Los asirios han entregado a Babilonia a los animales salvajes del desierto. Levantaron rampas de asalto contra sus muros, derribaron los palacios y convirtieron la ciudad en un montón de escombros.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Pues mira cómo está la tierra de Caldea, este pueblo ya no existe, Asiria lo ha entregado a las fieras del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus castillos, y sólo quedan escombros.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

13 He allí la tierra de los caldeos;° tal pueblo no existía. Asiria lo había fundado para las bestias del desierto. Erigieron sus torres de asedio, destruyeron su ciudadela y la redujeron a escombros.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Mira el país de los caldeos: no existía como pueblo; Asiria lo fundó para las fieras. Alzaron torres de asalto, desmantelaron sus palacios, lo hicieron escombrera.

Gade chapit la Kopi




Isaías 23:13
23 Referans Kwoze  

y murió en Ur de los caldeos, su tierra natal, cuando su padre Téraj aún vivía.


Téraj salió de Ur de los caldeos rumbo a Canaán. Se fue con su hijo Abram, su nieto Lot, hijo de Harán, y su nuera Saray, la esposa de Abram. Sin embargo, al llegar a la ciudad de Jarán, se quedaron a vivir en aquel lugar


Por eso a la ciudad se le llamó Babel, porque fue allí donde el Señor confundió el lenguaje de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.


El tercero se llamaba Tigris, que corría al este de Asiria. El cuarto era el Éufrates.


Para reemplazar a los israelitas en los poblados de Samaria, el rey de Asiria trajo gente de Babilonia, Cuta, Ava, Jamat y Sefarvayin. Estos tomaron posesión de Samaria y habitaron en sus poblados.


En aquel tiempo Merodac Baladán, hijo de Baladán y rey de Babilonia, envió cartas y un regalo a Ezequías, porque supo que había estado enfermo.


Por eso el Señor envió contra ellos a los comandantes del ejército del rey de Asiria, los cuales capturaron a Manasés y lo llevaron a Babilonia sujeto con garfios y cadenas de bronce.


No había terminado de hablar este mensajero cuando otro más llegó y dijo: «Unos salteadores caldeos vinieron y, dividiéndose en tres grupos, se apoderaron de los camellos y se los llevaron. A los criados los mataron a filo de espada. ¡Solo yo pude escapar y ahora vengo a contárselo!».


Que se postren ante él las tribus del desierto; que muerdan el polvo sus enemigos.


«¡Ay de Asiria, vara de mi ira! ¡El garrote de mi enojo está en su mano!


Pero esto Asiria no se lo propuso; ¡ni siquiera lo pensó! Solo busca destruir y aniquilar a muchas naciones.


Babilonia, la perla de los reinos, la gloria y el orgullo de los babilonios, quedará como Sodoma y Gomorra cuando Dios las destruyó.


Allí descansarán las fieras del desierto; sus casas se llenarán de chacales. Allí habitarán los avestruces y brincarán las cabras salvajes.


Todos ellos quedarán abandonados a las aves de rapiña y a los animales salvajes; durante el verano serán el alimento de las aves de rapiña; durante el invierno, de todos los animales salvajes.


Así dice el Señor, su Redentor, el Santo de Israel: «Por ustedes enviaré gente a Babilonia; abatiré a todos como fugitivos. En los barcos que eran su orgullo, abatiré a los babilonios.


a los babilonios y a todos los caldeos, a los de Pecod, Soa y Coa, y con ellos a los asirios, todos ellos jóvenes apuestos, gobernantes y oficiales, guerreros y hombres distinguidos, montados a caballo.


«Toma en cuenta, hijo de hombre, que el rey de Babilonia, Nabucodonosor, y su ejército llevaron a cabo una gran campaña contra Tiro. Todos ellos quedaron con la cabeza rapada y con llagas en la espalda. Pero a pesar del tremendo esfuerzo, ni él ni su ejército sacaron provecho alguno de la campaña emprendida contra Tiro.


exclamó: «¿No es esta la gran Babilonia que he construido como capital del reino, con mi enorme poder y para la gloria de mi majestad?».


Estoy incitando a los babilonios, ese pueblo despiadado e impetuoso, que recorre toda la tierra para apoderarse de territorios ajenos.


»Entonces salió de la tierra de los caldeos y se estableció en Jarán. Desde allí, después de la muerte de su padre, Dios lo trasladó a esta tierra donde ustedes viven ahora.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite