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Isaías 23:11 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

11 El Señor ha extendido su mano sobre el mar y ha puesto a temblar a los reinos; ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

11 Extendió su mano sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 El Señor extendió su mano sobre el mar y sacudió los reinos de la tierra. Él se ha pronunciado contra Fenicia; ordenó que fueran destruidas sus fortalezas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Yavé extendió su mano sobre el mar para derribar a grandes potencias; El dio una orden referente a Canaán: Sus fortalezas serán destruidas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Él extendió su mano contra el mar, y ha hecho temblar los reinos. YHVH ha ordenado destruir las fortalezas de Canaán,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Extendió su mano sobre el mar, estremeció los reinos. Yahveh ordenó respecto a Canaán destruir sus fortalezas.

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Isaías 23:11
30 Referans Kwoze  

declaró: «¡Maldito sea Canaán! Será de sus dos hermanos el más bajo de sus esclavos».


Se agitan las naciones, los reinos caen; Dios deja oír su voz, y la tierra se derrumba.


Sé tú mi roca de refugio adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza.


Moisés extendió su brazo sobre el mar, y toda la noche el Señor envió sobre el mar un recio viento del este que lo hizo retroceder, convirtiéndolo en tierra seca. Las aguas del mar se dividieron


Lo envío contra una nación impía, lo mando contra un pueblo que me enfurece, para saquearlo y despojarlo, para pisotearlo como al barro de las calles.


Por eso haré que tiemble el cielo y que la tierra se mueva de su sitio, por el furor del Señor de los Ejércitos, en el día de su ardiente ira.


»Esto es lo que he determinado para toda la tierra; esta es la mano que he extendido sobre todas las naciones».


Se agotarán las aguas del Nilo; árido y reseco quedará el lecho del río.


La gente se meterá en las cuevas de las rocas y en las grietas del suelo, ante la temible presencia del Señor y el esplendor de su majestad, cuando él se levante para hacer temblar la tierra.


Hija de Tarsis, cultiva tu tierra como en el Nilo, porque tu puerto ya no existe.


Sobre las grandes aguas llegó el grano de Sijor; Tiro se volvió el centro comercial de las naciones; la cosecha del Nilo le aportaba ganancias.


Has convertido la ciudad en un montón de escombros, la ciudad fortificada en una ruina. Ya no existe la ciudad, la fortaleza de extranjeros; nunca más volverá a ser reconstruida.


Por eso se enciende la ira del Señor contra su pueblo, levanta la mano contra él y lo golpea; las montañas se estremecen, los cadáveres quedan como basura en medio de las calles. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida.


¿Por qué no había nadie cuando vine? ¿Por qué nadie respondió cuando llamé? ¿Tan corta es mi mano que no puede rescatar? ¿Me falta acaso fuerza para liberarlos? Yo seco el mar con una simple reprensión y convierto los ríos en desierto; por falta de agua sus peces se pudren y se mueren de sed.


¿Cómo va a descansar si el Señor le ha dado órdenes de atacar a Ascalón y a la costa del mar?”».


Sus caballos serán tan numerosos que te cubrirán de polvo. Tus muros temblarán por el estruendo de su caballería y de sus carros; cuando él entre por tus puertas, lo hará como se entra a una ciudad cuyos muros se han derrumbado.


Destruirán los muros de Tiro y derribarán sus torres. Hasta los escombros barreré de su lugar; ¡la dejaré como roca desnuda!


Cuando lo hice descender a los dominios de la muerte, junto con los que bajan a la fosa, con el estruendo de su caída hice temblar a las naciones. Todos los árboles del Edén, los más selectos y hermosos del Líbano, los que estaban mejor regados, se consolaron en las regiones subterráneas.


Pero acerca de ti, Nínive, el Señor ha decretado: «No tendrás descendientes que perpetúen tu nombre; eliminaré de la casa de tus dioses las imágenes talladas y las imágenes fundidas. Te voy a preparar una tumba, porque eres una infame».


Haré temblar a todas las naciones y lo deseado por todas ellas llegará aquí. Así llenaré de esplendor este Templo”, dice el Señor de los Ejércitos.


Toda olla de Jerusalén y de Judá será consagrada al Señor de los Ejércitos. Además, todo el que vaya a sacrificar tomará algunas de esas ollas y cocinará en ellas. En aquel día no habrá más mercaderes en el Templo del Señor de los Ejércitos».


También les enseñaba con estas palabras: «¿No está escrito: »“Mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos”? Pero ustedes la han convertido en “cueva de ladrones”».


A los que vendían las palomas les dijo: —¡Saquen esto de aquí! ¡No conviertan la casa de mi Padre en un mercado!


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