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Isaías 22:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 Profecía contra el valle de la visión: ¿Qué te pasa ahora, que has subido a las azoteas,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que con todos los tuyos has subido sobre los terrados?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Este es el mensaje que recibí acerca de Jerusalén, el valle de la Visión: ¿Qué sucede? ¿Por qué todo el mundo corre a las azoteas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Profecía contra el valle de la Visión. ¿Qué te pasa, que has subido a las terrazas,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Carga del Valle de la Visión:° Pero, ¿qué tienes ahora que subes con los tuyos a las azoteas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Oráculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes, que te subes toda entera a las terrazas,

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Isaías 22:1
26 Referans Kwoze  

Cuando Dios oyó al muchacho sollozar, el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, pues Dios ha escuchado los sollozos del muchacho ahí donde está.


—¿Qué te pasa? —preguntó el rey. —Soy una pobre viuda —respondió ella—; mi esposo ha muerto.


¿Qué te pasa? Ella se quejó: —Esta mujer me propuso que le entregara mi hijo para que nos lo comiéramos hoy y que mañana nos comeríamos el de ella.


¿Qué te pasó, mar, que huiste, y a ti, Jordán, que te volviste atrás?


Como rodean los montes a Jerusalén, así rodea el Señor a su pueblo, desde ahora y para siempre.


Donde no hay visión, el pueblo se extravía; ¡dichosos los que son obedientes a la ley!


Profecía contra Babilonia que recibió Isaías, hijo de Amoz:


Todos, deshechos en llanto, van por las calles, vestidos de luto; ¡gimen en los techos y en las plazas!


El Señor, el Señor de los Ejércitos, ha decretado un día de pánico, un día de humillación y desconcierto en el valle de la visión, un día para derribar muros y para levantar gritos de socorro a la montaña.


Todas las casas de Jerusalén y todos los palacios de los reyes de Judá; es decir, todas esas casas en cuyas azoteas se quemó incienso a todo el ejército del cielo y donde se derramaron ofrendas líquidas a otros dioses, quedarán tan impuras como quedó Tofet”».


¡Yo estoy contra ti, Jerusalén, habitante del valle, en la llanura rocosa!”, afirma el Señor. “Ustedes dicen: ‘¿Quién podrá venir contra nosotros? ¿Quién podrá entrar en nuestros refugios?’.


Los babilonios que ataquen esta ciudad entrarán en ella y le prenderán fuego, así como a las casas en cuyas azoteas se quemaba incienso a Baal y donde para provocar mi ira se derramaban ofrendas líquidas a otros dioses.


por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus oficiales, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén.


Sobre todos los techos de Moab, y por todas sus plazas, solo se escuchan lamentos; porque rompí en pedazos a Moab como a una vasija desechada», afirma el Señor.


«Que se movilicen las naciones y acudan al valle de Josafat, pues allí me sentaré para juzgar a todos los pueblos vecinos.


¡Multitud tras multitud en el valle de la decisión! ¡Cercano está el día del Señor en el valle de la decisión!


Por tanto, tendrán noches sin visiones, oscuridad sin adivinaciones». El sol se ocultará de estos profetas; el día se les volverá tinieblas.


a los que en las azoteas se postran en adoración ante al ejército del cielo; a los que, postrados en adoración, juran lealtad al Señor y al mismo tiempo a Moloc;


Lo que digo en la oscuridad, díganlo ustedes a plena luz; lo que se susurra al oído, proclámenlo desde las azoteas.


Mucho, desde cualquier punto de vista. En primer lugar, a los judíos se les confiaron las palabras mismas de Dios.


Cuando edifiques una casa nueva, construye una baranda alrededor de la azotea, no sea que alguien se caiga de allí y sobre tu familia recaiga la culpa de su muerte.


Como gritaban tras ellos, los danitas se dieron vuelta y preguntaron a Micaías: —¿Qué te sucede que has convocado a tu gente?


En esos momentos Saúl regresaba del campo arreando sus bueyes y preguntó: «¿Qué le pasa a la gente? ¿Por qué están llorando?». Entonces contaron lo que habían dicho los habitantes de Jabés.


Samuel, que todavía era joven, servía al Señor bajo el cuidado de Elí. En esos tiempos no era común oír palabra del Señor ni eran frecuentes las visiones.


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