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Isaías 2:8 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

8 Su país está lleno de ídolos; el pueblo adora la obra de sus manos, lo que han hecho con sus propios dedos.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Además su tierra está llena de ídolos, y se han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron sus dedos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 La tierra está llena de ídolos. El pueblo rinde culto a cosas que hizo con sus propias manos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Su país está lleno de caballos y sus carros de guerra son numerosos. Su país está lleno de ídolos, pues se inclinan ante la obra de sus manos, ante la figura que modelaron sus dedos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Su tierra también está llena de ídolos: ¡Se postran ante la obra de sus propias manos, Delante de lo que han hecho sus mismos dedos!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Su país está lleno de dioses: adoran la obra de sus manos, lo que hicieron sus dedos.

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Isaías 2:8
28 Referans Kwoze  

Además, por medio del profeta Jehú, hijo de Jananí, la palabra del Señor vino contra Basá y su familia, debido a todo lo malo que este había hecho contra el Señor, provocando así su ira. Y aunque destruyó a la familia de Jeroboán, llegó a ser semejante a esta por las obras que hizo.


y en cada colina y bajo todo árbol frondoso, erigieron piedras sagradas e imágenes de la diosa Aserá.


Abandonaron todos los mandamientos del Señor su Dios y se hicieron dos ídolos fundidos en forma de becerro y una imagen de la diosa Aserá. Se postraron ante todos los astros del cielo y adoraron a Baal;


Jotán hizo lo que agrada al Señor, pues en todo siguió el buen ejemplo de su padre Uzías; pero a diferencia de su padre, no entró en el Templo del Señor. El pueblo, por su parte, continuó con sus prácticas corruptas.


Ya no se fijará en los altares, que son obra de sus manos. Tampoco volverá la mirada a las imágenes de Aserá ni a los altares de incienso que sus dedos fabricaron.


Señor y Dios nuestro, otros señores nos han gobernado, pero solo a tu nombre damos honra.


Han arrojado al fuego sus dioses y los han destruido, porque no eran dioses, sino solo madera y piedra, obra de manos humanas.


Un escultor funde la imagen; un joyero la enchapa en oro y le labra cadenas de plata.


¡Todos ellos son falsos! Sus obras no son nada; sus ídolos no son más que viento y confusión.


Entre los robles y debajo de todo árbol frondoso, dan rienda suelta a su lujuria; junto a los arroyos y en las grietas de las rocas, sacrifican a niños pequeños.


Yo dictaré sentencia contra mi pueblo por toda su maldad, porque me ha abandonado; ha quemado incienso a otros dioses y ha adorado las obras de sus manos.


Tú, Judá, tienes tantos dioses como ciudades. Erigiste tantos altares como calles hay en Jerusalén, altares para quemar incienso a Baal, para vergüenza tuya”.


¿Dónde están, Judá, los dioses que te fabricaste? ¡Tienes tantos dioses como ciudades! ¡Diles que se levanten! ¡A ver si te salvan cuando caigas en desgracia!


¿Es Galaad malvado? ¡No hay duda de que no vale nada! En Guilgal sacrifican toros; por eso sus altares quedarán reducidos a montones de piedra entre los surcos del campo.


Sin embargo, siguen pecando, pues se fabrican, según su ingenio, imágenes de fundición e ídolos de plata que no son más que obra de artesanos. De ellos se dice: «Ofrecen sacrificios humanos y besan ídolos en forma de becerros».


Asiria no podrá salvarnos; no montaremos caballos de guerra. Nunca más llamaremos “dios nuestro” a cosas hechas por nuestras manos, pues en ti el huérfano halla compasión».


¡Ese becerro procede de Israel! Es obra de un escultor, no es Dios. Ese becerro de Samaria será hecho pedazos.


Pondré fin a tus hechicerías y no tendrás más adivinos.


Mientras Pablo los esperaba en Atenas, le dolió en el alma ver que la ciudad estaba llena de ídolos.


Allí ustedes adorarán a dioses de madera y de piedra, hechos por seres humanos: dioses que no pueden ver ni oír, ni comer ni oler.


El resto de la humanidad, los que no murieron a causa de estas plagas, tampoco se arrepintieron de sus malas acciones ni dejaron de adorar a los demonios y a los ídolos de oro, plata, bronce, piedra y madera, los cuales no pueden ver ni oír ni caminar.


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