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Isaías 2:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 El día del Señor de los Ejércitos vendrá contra todos los orgullosos y arrogantes, contra todos los altaneros, para humillarlos;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 Porque día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pues el Señor de los Ejércitos Celestiales tiene asignado un día de juicio. Él castigará al orgulloso y al poderoso y derribará todo lo que esté enaltecido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 Pues Yavé Sabaot tendrá su día contra todo orgullo e insolencia y contra todo el que se cree: ¡será rebajado!

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Porque el día de YHVH° Sebaot vendrá contra todo soberbio y altivo, Contra todo enaltecido,° y será abatido;

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 Porque es el día de Yahveh Sebaot: contra todo soberbio y altanero, contra todo enaltecido, para abatirlo,

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Isaías 2:12
42 Referans Kwoze  

Das la victoria a los humildes, pero tu mirada humilla a los altaneros.


»¿Por qué el Todopoderoso no establece tiempos de juicio? ¿Por qué quienes lo conocen buscan en vano esos días?


Señor, mi corazón no es orgulloso ni son altivos mis ojos; no busco grandezas desmedidas ni proezas que excedan a mis fuerzas.


Tú, Señor, mantienes mi lámpara encendida; tú, Dios mío, iluminas mis tinieblas.


pero el Señor se ríe de los malvados, pues sabe que les llegará su hora.


Levántate, Juez de la tierra, y dales su merecido a los soberbios.


El Señor aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes.


Cuando el Señor termine lo que va a hacer contra el monte Sión y contra Jerusalén, él dirá: «Castigaré el fruto del orgulloso corazón del rey de Asiria y la arrogancia de sus ojos.


¡Miren! El Señor, el Señor de los Ejércitos, desgaja las ramas con fuerza increíble. Los árboles más altos son talados; los más elevados son abatidos.


Castigaré por su maldad al mundo y por su iniquidad a los malvados. Pondré fin a la soberbia de los arrogantes y humillaré el orgullo de los violentos.


¡Giman, que el día del Señor está cerca! Llega de parte del Todopoderoso como una devastación.


¡Miren! ¡Ya viene el día del Señor —día cruel, de furor y ardiente ira—; dejará la tierra devastada y exterminará en ella a los pecadores!


¡Pero has sido arrojado a los dominios de la muerte, a las profundidades del abismo!


Lo planeó el Señor de los Ejércitos para abatir la altivez de toda gloria y humillar a toda la gente importante de la tierra.


En aquel día el Señor castigará a los ejércitos celestiales en el cielo y a los reyes terrenales en la tierra.


La tierra languidece y se marchita; el mundo se marchita y desfallece; desfallecen los notables de la tierra.


Él anula a los poderosos, y a nada reduce a los gobernantes de este mundo.


Devastaré montañas y colinas y consumiré toda su vegetación; convertiré los ríos en islas y secaré los estanques.


El pueblo será humillado, la humanidad, doblegada y abatidos los ojos altivos.


a pregonar el año del favor del Señor y el día de la venganza de nuestro Dios, a consolar a todos los que están de duelo


Mi heredad es para mí como un ave de muchos colores acosada por las aves de rapiña. ¡Vayan y reúnan a todos los animales salvajes! ¡Tráiganlos para que la devoren!


«Así dice el Señor: “De esta misma manera destruiré el orgullo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén.


¡Ay! Será un día terrible, un día sin comparación. Será un tiempo de angustia para Jacob, pero será librado de ella.


»Aquel día pertenece al Señor, al Señor de los Ejércitos. Será un día de venganza; se vengará de sus enemigos. La espada devorará hasta saciarse; con sangre apagará su sed. En la tierra del norte, a orillas del río Éufrates, para el Señor, el Señor de los Ejércitos, se ofrecerá un sacrificio.


«Estoy contra ti, nación arrogante», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos; «al fin ha llegado el día, el día de tu castigo.


No han subido a las brechas del muro para repararlo para el pueblo de Israel, para que se mantenga firme en la batalla del día del Señor.


Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia; además, es capaz de humillar a los soberbios.


¡Ay de los que suspiran por el día del Señor! ¿De qué les servirá ese día si va a ser de oscuridad y no de luz?


Por tanto, así dice el Señor: «Ahora soy yo el que piensa traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar. Ya no andarán erguidos, porque ha llegado la hora de su calamidad.


Exterminaré las ciudades de tu país y derribaré todas tus fortalezas.


día de trompeta y grito de batalla contra las ciudades fortificadas, contra las torres altas.


Aquel día no tendrás que avergonzarte más de todas tus rebeliones contra mí. Porque quitaré de en medio de ti a esa gente altanera y jactanciosa, y así nunca más volverás a ser arrogante en mi santo monte.


»Miren, ya viene el día, ardiente como un horno. Todos los soberbios y todos los malvados serán como paja; ese día les prenderá fuego hasta dejarlos sin raíz ni rama —dice el Señor de los Ejércitos—.


»Estoy por enviarles al profeta Elías antes que llegue el día del Señor, día grande y terrible.


Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.


Porque todo el que a sí mismo se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.


entreguen a este hombre a Satanás para destrucción de su carne a fin de que su espíritu sea salvo en el día del Señor.


porque ya saben que el día del Señor llegará como ladrón en la noche.


Pero él nos da más gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes».


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