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Isaías 12:6 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

6 ¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión, pues es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!».

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 ¡Que todos los habitantes de Jerusalén griten sus alabanzas con alegría! Pues grande es el Santo de Israel, que vive en medio de ustedes».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¡Grita de contento y de alegría, oh Sión, porque grande es, en medio de ti, el Santo de Israel!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 ¡Regocíjate y canta, oh habitante de Sión, Porque el Santo de Israel se ha engrandecido en medio de ti!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Exulta y grita jubilosa, población de Sión; que es grande en medio de ti el Santo de Israel'.

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Isaías 12:6
40 Referans Kwoze  

«Este será para siempre mi lugar de reposo; aquí pondré mi trono, porque así lo deseo.


Desde Sión sea bendito el Señor, el que habita en Jerusalén. ¡Aleluya!


Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda.


¿Por qué, montañas escarpadas, miran con envidia al monte donde a Dios le place residir, donde el Señor habitará por siempre?


Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con la lira; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con el arpa.


Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey.


Canten salmos al Señor, que reina en Sión; proclamen sus proezas entre las naciones.


Grande es el Señor en Sión, ¡excelso sobre todos los pueblos!


Por eso, afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos, el Poderoso de Israel: «Me desquitaré de mis adversarios, me vengaré de mis enemigos.


Por eso, así dice el Señor, el Señor de los Ejércitos: «Pueblo mío que vives en Sión, no tengas temor de Asiria, aunque te golpee con el bastón y contra ti levante una vara, como lo hizo Egipto.


El remanente eleva su voz y grita de alegría; desde el occidente aclama la majestad del Señor.


La luna se sonrojará y el sol se avergonzará, porque sobre el monte Sión, sobre Jerusalén, reinará el Señor de los Ejércitos, glorioso entre sus jefes.


Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén, ya no llorarás más. ¡El Dios de piedad se apiadará de ti cuando clames pidiendo ayuda! Tan pronto como te oiga, te responderá.


Allí el Señor nos mostrará su poder. Será como un lugar de anchos ríos y canales. Ningún barco de remos surcará sus aguas ni barcos poderosos navegarán por ellas.


Ningún habitante dirá: «Estoy enfermo»; y se perdonará la iniquidad del pueblo que allí habita.


Portadora de buenas noticias a Sión, súbete a una alta montaña. Portadora de buenas noticias a Jerusalén, alza con fuerza tu voz. Álzala, no temas; di a las ciudades de Judá: «¡Aquí está su Dios!».


No temas, gusano Jacob, pequeño Israel, porque yo mismo te ayudaré», afirma el Señor, ¡el Santo de Israel, tu Redentor!


Las lanzarás al aire y se las llevará el viento; un vendaval las dispersará. Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.


Haré que tus opresores se coman su propia carne y se embriaguen con su propia sangre, como si fuera vino. Toda la humanidad sabrá entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor».


«Tú, mujer estéril, que nunca has dado a luz, ¡grita de alegría! Tú, que nunca tuviste dolores de parto, ¡prorrumpe en canciones y grita con júbilo! Porque más hijos que la casada tendrá la desamparada», dice el Señor.


Te alimentarás con la leche de las naciones, con la riqueza de los reyes serás amamantada. Sabrás entonces que yo, el Señor, soy tu Salvador; que yo, el Poderoso de Jacob, soy tu Redentor.


Aquí me tienen, con los hijos que el Señor me ha dado. Somos en Israel señales y presagios del Señor de los Ejércitos, que habita en el monte Sión.


¡No hay nadie como tú, Señor! ¡Grande eres tú! ¡Grande y poderoso es tu nombre!


»”Porque tú has dicho: ‘Estas dos naciones y los dos territorios serán míos, yo seré su dueño’, aunque yo el Señor estaba allí.


»”Daré a conocer mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel. Ya no permitiré que mi santo nombre sea profanado; las naciones sabrán que yo soy el Señor, el Santo de Israel.


Me decía: «Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde pongo la planta de mis pies; aquí habitaré entre los israelitas para siempre. El pueblo de Israel y sus reyes no volverán a profanar mi santo nombre con sus infidelidades ni con las ofrendas funerarias que presentan a sus reyes.


»La distancia alrededor de la ciudad será de dieciocho mil codos. »Y desde aquel día el nombre de la ciudad será: “El Señor está allí”».


»Debajo de Judá, de este a oeste, está la porción de territorio que reservarás. Será de veinticinco mil codos de ancho y de este a oeste su longitud será la misma que la de los otros territorios. En medio de esta porción estará el santuario.


Pero no daré rienda suelta a mi ira ni volveré a destruir a Efraín. Porque yo soy Dios y no hombre, el Santo está entre ustedes; y no iré contra sus ciudades».


Entonces sabrán que yo estoy en medio de Israel, que yo soy el Señor su Dios, y no hay otro fuera de mí. ¡Nunca más será avergonzado mi pueblo!


¡Ay de la nación queretea que habita a la costa del mar! La palabra del Señor es contra ti, Canaán, tierra de los filisteos: «Te aniquilaré hasta no dejar en ti habitante».


Yo seré para ella —afirma el Señor—, un muro de fuego y dentro de ella seré su gloria”.


Yo agitaré mi mano contra esas naciones y sus propios esclavos las saquearán”. Así sabrán que me ha enviado el Señor de los Ejércitos.


»No se ha visto sufrimiento en el pueblo de Jacob ni calamidad en Israel. El Señor su Dios está con ellos; y entre ellos se le aclama como Rey.


Si un esclavo huye de su amo y te pide refugio, no se lo entregues a su amo,


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