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Isaías 1:4 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, generación de malhechores, hijos corruptos! ¡Han abandonado al Señor! ¡Han despreciado al Santo de Israel! ¡Le han dado la espalda!

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Qué nación tan pecadora, pueblo cargado con el peso de su culpa! Está lleno de gente malvada, hijos corruptos que han rechazado al Señor. Han despreciado al Santo de Israel y le han dado la espalda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yavé, han despreciado al Santo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, Generación° de perversos, hijos depravados! Abandonaron a YHVH, despreciaron al Santo de Israel y se volvieron atrás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, ralea de malhechores, hijos corrompidos! Abandonaron a Yahveh, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Isaías 1:4
69 Referans Kwoze  

Los habitantes de Sodoma eran malvados y cometían muy graves pecados contra el Señor.


Así que abandonó al Señor, Dios de sus antepasados, y no anduvo en el camino del Señor.


Después de que Roboán consolidó su reino y se afirmó en el trono, él y todo Israel abandonaron la Ley del Señor


Jotán hizo lo que agrada al Señor, pues en todo siguió el buen ejemplo de su padre Uzías; pero a diferencia de su padre, no entró en el Templo del Señor. El pueblo, por su parte, continuó con sus prácticas corruptas.


Te hemos ofendido y nos hemos corrompido mucho; hemos desobedecido los mandamientos, estatutos y leyes que tú mismo diste a tu siervo Moisés.


Los malvados se descarrían desde que nacen; desde el vientre materno se desvían los mentirosos.


Por tu fidelidad, Dios mío, te alabaré con la lira; te cantaré, oh Santo de Israel, salmos con el arpa.


¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto y lo entristecieron en los páramos!


Una y otra vez ponían a Dios a prueba; provocaban al Santo de Israel.


Fueron desleales y traidores, como sus antepasados; ¡tan falsos como un arco defectuoso!


Así no serían como sus antepasados: generación obstinada y rebelde, gente de corazón fluctuante, cuyo espíritu no se mantuvo fiel a Dios.


Tú, Señor, eres nuestro escudo; tú, Santo de Israel, eres nuestro rey.


Entonces el Señor dijo a Moisés: —Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto.


Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van detrás de las recompensas. No abogan por el huérfano ni se ocupan de la causa de la viuda.


Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados y perecerán los que abandonan al Señor.


Lo envío contra una nación impía, lo mando contra un pueblo que me enfurece, para saquearlo y despojarlo, para pisotearlo como al barro de las calles.


¡Canta y grita de alegría, habitante de Sión, pues es grande, en medio de ti, el Santo de Israel!».


No tendrás sepultura con ellos, porque destruiste tu tierra y asesinaste a tu pueblo. ¡Jamás volverá a mencionarse la descendencia de los malhechores!


Los pobres volverán a alegrarse en el Señor; los más necesitados se regocijarán en el Santo de Israel.


Jerusalén se tambalea, Judá se derrumba, porque su hablar y su actuar son contrarios al Señor: ¡desafían su gloriosa presencia!


El Señor ha dictado esta sentencia: «Ay de los hijos rebeldes que ejecutan planes que no son míos, que hacen alianzas contrarias a mi Espíritu, que amontonan pecado sobre pecado,


Porque así dice el Señor y Dios, el Santo de Israel: «En el arrepentimiento y la calma está su salvación, en la serenidad y la confianza está su fuerza, ¡pero ustedes no lo quieren reconocer!


Porque este es un pueblo rebelde; son hijos mentirosos, hijos que no quieren escuchar la Ley del Señor.


Sin embargo, el Señor es también sabio y traerá calamidad; y no se retractará de sus palabras. Se levantará contra la dinastía de los malvados, contra los que ayudan a los malhechores.


¿A quién has insultado? ¿Contra quién has blasfemado? ¿Contra quién has alzado la voz y levantado los ojos con orgullo? ¡Contra el Santo de Israel!


No temas, gusano Jacob, pequeño Israel, porque yo mismo te ayudaré», afirma el Señor, ¡el Santo de Israel, tu Redentor!


Las lanzarás al aire y se las llevará el viento; un vendaval las dispersará. Pero tú te alegrarás en el Señor, te gloriarás en el Santo de Israel.


para que la gente vea y sepa, considere y entienda, que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado».


Dicen: «¡Que Dios se apure, que apresure su obra para que la veamos; que se acerque y se cumpla el plan del Santo de Israel, para que lo conozcamos!».


Por eso, así como las lenguas de fuego devoran la paja y el pasto seco se consume en las llamas, su raíz se pudrirá y, como el polvo, se disipará su flor. Porque han rechazado la Ley del Señor de los Ejércitos y han desdeñado la palabra del Santo de Israel.


Por causa de la perversa codicia de mi pueblo, me he enojado y lo he castigado; le he dado la espalda, pero él prefirió seguir sus obstinados caminos.


Porque día tras día me buscan y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos. Me piden decisiones justas, desean acercarse a mí


»Pero a ustedes que abandonan al Señor y se olvidan de mi monte santo, que para el dios de la fortuna preparan una mesa y para el dios del destino sirven vino mezclado,


Es un pueblo que en mi propia cara constantemente me provoca; que ofrece sacrificios en los jardines y quema incienso sobre ladrillos;


Por eso no se complacerá el Señor en los jóvenes; tampoco se apiadará de huérfanos y viudas, porque todos ellos son impíos y malvados; sus labios profieren necedades. A pesar de todo esto, la ira de Dios no se ha aplacado; su mano aún sigue extendida.


Tú me has rechazado, te has vuelto atrás», afirma el Señor. «Extenderé mi mano contra ti y te destruiré; estoy cansado de tenerte compasión.


«Dos son los pecados que ha cometido mi pueblo: Me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.


¿No te ha pasado todo esto por haber abandonado al Señor tu Dios, mientras él te guiaba por el camino?


Tu maldad te castigará, tu infidelidad te recriminará. Ponte a pensar cuán malo y amargo es abandonar al Señor tu Dios y no sentir temor de mí», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos.


»Pero ustedes, los de esta generación, presten atención a la palabra del Señor: »¿Acaso he sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué dice mi pueblo: “Somos libres, nunca más volveremos a ti”?


¡Qué hábil eres para conseguir amantes! ¡Hasta las malas mujeres han aprendido de ti!


Así dice el Señor: «¿Qué injusticia vieron en mí sus antepasados que se alejaron tanto de mí? Se fueron tras ídolos sin valor y en algo sin valor se convirtieron.


por todo el mal que han cometido los pueblos de Israel y de Judá: ellos, sus reyes, sus oficiales, sus sacerdotes y sus profetas, todos los habitantes de Judá y de Jerusalén.


»Recluten contra Babilonia a los arqueros, a todos los que tensan el arco; acampen a su alrededor y que no escape ninguno. Retribúyanle según sus obras, hagan con ella como hizo con otros. Porque ella ha desafiado al Señor, al Santo de Israel.


Israel y Judá no han sido abandonados por su Dios, el Señor de los Ejércitos, aunque su tierra está llena de culpa, delante del Santo de Israel.


¿Pero es a mí al que ofenden? —afirma el Señor—, ¿No se ofenden a sí mismos para su propia vergüenza?


Con todo, no me obedecieron ni me prestaron atención, sino que se obstinaron y fueron peores que sus antepasados”.


Así cautivaré el corazón de los israelitas que por causa de todos esos ídolos se hayan alejado de mí”.


A todas las prostitutas se les paga; tú, en cambio, pagas a tus amantes. Los sobornas para que vengan de todas partes a acostarse contigo.


Tú eres igual a tu madre, que despreció a su marido y a sus hijos; eres igual a tus hermanas, que despreciaron a sus maridos y a sus hijos. La madre de ustedes era hitita y su padre, amorreo.


Todo Israel ha transgredido tu Ley y se alejaron cuando rechazaron obedecerte. Por eso, las maldiciones y los juicios escritos en la Ley de Moisés, siervo de Dios, han sido derramadas sobre nosotros, porque pecamos contra ti.


a los que se apartan del Señor y no lo buscan ni lo consultan.


»¡Y ahora ustedes, nido de pecadores, vienen en lugar de sus antepasados para aumentar la ira del Señor contra Israel!


»Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados; yo les daré descanso.


»¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán ustedes de la condenación del infierno?


Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les advirtió que huyeran del castigo que se acerca?


La mente gobernada por la carne es enemiga de Dios, pues no se somete a la Ley de Dios ni es capaz de hacerlo.


¿O vamos a provocar celos al Señor? ¿Somos acaso más fuertes que él?


Y la respuesta será: «Porque este pueblo abandonó el pacto del Dios de sus antepasados, pacto que el Señor hizo con ellos cuando los sacó de Egipto.


El Señor dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me abandonarán y quebrantarán el pacto que hice con ellos.


Al ver esto, el Señor los rechazó porque sus hijos y sus hijas lo irritaron.


Actuaron contra él de manera corrupta; para vergüenza de ellos, ya no son sus hijos; ¡son una generación torcida y perversa!


Ahora me alegro en medio de mis sufrimientos por ustedes y voy completando en mí mismo lo que falta de las aflicciones de Cristo, en favor de su cuerpo, que es la iglesia.


pues sus pecados se han amontonado hasta el cielo y de sus injusticias se ha acordado Dios.


Entonces los israelitas clamaron al Señor: —¡Hemos pecado contra ti al abandonar a nuestro Dios y adorar a los ídolos de Baal!


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