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Hechos 26:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

18 para que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios, a fin de que, por la fe en mí, reciban el perdón de los pecados y la herencia entre los santificados”.

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Biblia Reina Valera 1960

18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 para que les abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios. Entonces recibirán el perdón de sus pecados y se les dará un lugar entre el pueblo de Dios, el cual es apartado por la fe en mí”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Tú les abrirás los ojos para que se conviertan de las tinieblas a la luz y del poder de Satanás a Dios: creyendo en mí se les perdonarán los pecados y compartirán la herencia de los santos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 a fin de que abras sus ojos, para que vuelvan° de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban,° por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 a fin de que les abras los ojos y se conviertan de las tinieblas a la luz, y del dominio de Satanás a Dios, y alcancen la remisión de los pecados y tengan parte en la herencia de los que han sido santificados por la fe en mí'.

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Hechos 26:18
90 Referans Kwoze  

Ábreme los ojos, para que contemple las maravillas de tu Ley.


El Señor da vista a los ciegos, el Señor levanta a los agobiados, el Señor ama a los justos.


En aquel día podrán los sordos oír la lectura del rollo, y los ojos de los ciegos podrán ver sin tinieblas ni oscuridad.


No se nublarán los ojos de los que ven; prestarán atención los oídos de los que oyen.


Se abrirán entonces los ojos de los ciegos y se destaparán los oídos de los sordos;


Conduciré a los ciegos por caminos desconocidos, los guiaré por senderos inexplorados; ante ellos convertiré en luz las tinieblas, y allanaré los lugares escabrosos. Esto haré y no los abandonaré.


para abrir los ojos de los ciegos, para librar de la cárcel a los presos y del calabozo a los que habitan en tinieblas.


Saquen al pueblo ciego, aunque tiene ojos, al pueblo sordo, aunque tiene oídos.


«No es gran cosa que seas mi siervo, ni que restaures a las tribus de Jacob, ni que hagas volver a los de Israel, a quienes he preservado. Yo te pongo ahora como luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra».


El pueblo que andaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte una luz ha resplandecido.


Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud. Y ustedes saldrán saltando como becerros bien alimentados.


—¡Vete, Satanás! —dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él”.


el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombra de muerte una luz ha resplandecido».


Darás a conocer a su pueblo la salvación mediante el perdón de sus pecados,


para dar luz a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por la senda de la paz».


luz que ilumina a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».


Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras.


en su nombre se predicarán el arrepentimiento y el perdón de pecados a todas las naciones, comenzando por Jerusalén.


«El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado a proclamar libertad a los cautivos y dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos,


Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.


Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió la oscuridad a la luz, porque sus obras eran malas.


Jesús contestó: —Si supieras lo que Dios puede dar y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a él y él te habría dado agua viva.


pero el que beba del agua que yo le daré no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


Una vez más Jesús se dirigió a la gente y dijo: —Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.


Entonces Jesús dijo: —Yo he venido a este mundo para hacer justicia, para que los ciegos vean y los que ven se queden ciegos.


Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo.


De él dan testimonio todos los profetas: que todo el que cree en él recibe, por medio de su nombre, el perdón de los pecados.


Así nos lo ha mandado el Señor: »“Te he puesto por luz para las naciones, a fin de que lleves mi salvación hasta los confines de la tierra”».


Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe.


—Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —contestó Pedro—, y recibirán el don del Espíritu Santo.


A los judíos y a los que no son judíos les he instado a arrepentirse ante Dios y a creer en nuestro Señor Jesús.


»Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados.


»Así que, rey Agripa, no fui desobediente a esa visión celestial.


que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los no judíos.


Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios,


Dios lo exaltó a su derecha como Príncipe y Salvador, para que diera a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.


Y si somos hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su gloria.


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:


Pero gracias a él ustedes están unidos en Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, justificación, santificación y redención;


El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos, para que no vean la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios.


Porque Dios, que dijo: «¡Que la luz resplandezca en las tinieblas!», hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Jesucristo.


No formen alianza con los incrédulos. ¿Qué tienen en común la justicia y la maldad? ¿O qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?


He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí.


Así sucedió para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos el Espíritu según la promesa.


Solo quiero que me respondan a esto: ¿Recibieron el Espíritu por las obras que demanda la Ley o por la fe con que aceptaron el mensaje?


En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad,


Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.


Pido también que les sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre pueblo santo,


En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de su gracia


Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios y


A causa de la ignorancia que los domina y por la dureza de sus corazones, estos tienen oscurecido el entendimiento y están alejados de la vida que proviene de Dios.


No tengan nada que ver con las obras infructuosas de la oscuridad, sino más bien denúncienlas,


porque la luz es lo que hace que todo sea visible. Por eso se dice: «Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo».


Porque ustedes antes eran oscuridad y ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de luz


Porque nuestra lucha no es contra seres humanos, sino contra poderes, contra autoridades, contra potestades que dominan este mundo de tinieblas, contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales.


de modo que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene cautivos, sumisos a su voluntad.


Y en virtud de esa voluntad somos santificados mediante el sacrificio del cuerpo de Jesucristo, ofrecido una vez y para siempre.


Porque con un solo sacrificio ha perfeccionado para siempre a los que han sido santificados.


En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.


Por eso Cristo es mediador de un nuevo pacto, para que los llamados reciban la herencia eterna prometida, ahora que él ha muerto para liberarlos de las transgresiones cometidas bajo el primer pacto.


Escuchen, mis queridos hermanos: ¿No ha escogido Dios a los que son pobres, según el mundo, para que sean ricos en la fe y hereden el reino que prometió a quienes lo aman?


y recibamos una herencia que no se puede destruir, contaminar o marchitar. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes,


Antes eran ustedes como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al Pastor que cuida de sus vidas.


Pero ustedes son descendencia escogida, sacerdocio regio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.


Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad.


Les escribo a ustedes, queridos hijos, porque sus pecados han sido perdonados por el nombre de Cristo.


El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo.


Sabemos que somos hijos de Dios y que el mundo entero está bajo el control del maligno.


Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los llamados, que son amados por Dios el Padre y guardados por Jesucristo:


Nunca entrará en ella nada impuro, ni los idólatras ni los farsantes, sino solo aquellos que tienen su nombre escrito en el libro de la vida, el libro del Cordero.


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