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Hechos 15:9 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

9 Sin hacer distinción alguna entre nosotros y ellos, purificó sus corazones por la fe.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Él no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos, pues les limpió el corazón por medio de la fe.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 No ha hecho ninguna distinción entre nosotros y ellos, sino que purificó sus corazones por medio de la fe.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 y nada° discriminó entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 y no hizo diferencia alguna entre nosotros y ellos a la hora de purificar sus corazones por la fe.

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Hechos 15:9
24 Referans Kwoze  

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva un espíritu firme dentro de mí.


La sortearán como herencia entre ustedes y entre los extranjeros que habiten entre ustedes y hayan tenido hijos, a los cuales deberán considerar israelitas por nacimiento. Por tanto, estos extranjeros recibirán una herencia con ustedes entre las tribus de Israel.


Por segunda vez le insistió la voz: —Lo que Dios ha purificado, tú no lo llames impuro.


Entonces les habló así: —Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que a nadie debo llamar impuro o inmundo.


Pedro tomó la palabra y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos,


El Espíritu me dijo que fuera con ellos sin dudar. También fueron conmigo estos seis hermanos y entramos en la casa de aquel hombre.


En Iconio, Pablo y Bernabé entraron, como de costumbre, en la sinagoga judía y hablaron de tal manera que creyó una multitud de judíos y de los que no son judíos.


Cuando llegaron, reunieron a la iglesia e informaron de todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y de cómo había abierto la puerta de la fe a los no judíos.


Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,


¿A qué conclusión llegamos? ¿Acaso los judíos somos mejores? ¡De ninguna manera! Ya hemos demostrado que tanto los judíos como los que no son judíos están bajo el pecado.


Esos somos nosotros, a quienes Dios llamó no solo de entre los judíos, sino también de entre los no judíos.


a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo, junto con todos los que en todas partes invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y de nosotros:


¿Fue llamado alguno estando ya circuncidado? Que no disimule su condición. ¿Fue llamado alguno sin estar circuncidado? Que no se circuncide.


Ya no hay judío ni no judío, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.


En Cristo Jesús de nada sirve estar o no estar circuncidados; lo que vale es la fe que actúa mediante el amor.


Es decir, que los no judíos son, junto con Israel, beneficiarios de la misma herencia, miembros de un mismo cuerpo y participantes igualmente de la promesa en Cristo Jesús mediante el evangelio.


En esta nueva naturaleza no hay judío ni no judío, circunciso ni incircunciso, extranjero, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo es todo y está en todos.


Ahora que se han purificado obedeciendo a la verdad y tienen un amor sincero por sus hermanos, ámense de todo corazón los unos a los otros.


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