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Hebreos 7:25 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

25 Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Por eso puede salvar —una vez y para siempre— a los que vienen a Dios por medio de él, quien vive para siempre, a fin de interceder con Dios a favor de ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 Por eso es capaz de salvar de una vez a los que por su medio se acercan a Dios. El sigue viviendo e intercediendo en favor de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por medio de Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 De ahí que definitivamente pueda salvar a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder a favor de ellos.

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Hebreos 7:25
44 Referans Kwoze  

Increparon a Dios: “¡Déjanos tranquilos! ¿Qué puedes tú hacernos, Todopoderoso?”.


¡Ah, si supiera yo dónde encontrar a Dios! ¡Si pudiera llegar adonde él habita!


»Vuelvan a mí y sean salvos, todos los confines de la tierra, porque yo soy Dios y no hay ningún otro.


Ellos dirán de mí: “Solo en el Señor están la justicia y el poder”». Todos los que contra él se enfurecieron ante él comparecerán y quedarán avergonzados.


Por lo tanto, le daré un puesto entre los grandes y repartirá el botín con los fuertes, porque derramó su vida hasta la muerte y fue contado entre los transgresores. Cargó con el pecado de muchos e intercedió por los transgresores.


Lo ha visto y le ha asombrado ver que no hay nadie que intervenga. Por eso su propio brazo vendrá a salvarlos; su propia justicia lo sostendrá.


¿Quién es este que viene de Edom, desde Bosra, con ropas teñidas de rojo? ¿Quién es este de espléndido ropaje, que avanza con fuerza arrolladora? «Soy yo, el que habla con justicia, el que tiene poder para salvar».


«¡Vuélvanse, apóstatas, y los curaré de su infidelidad!». «Aquí estamos, a ti venimos, porque tú eres el Señor nuestro Dios.


En cuanto escuchen el sonido de trompetas, flautas, cítaras, liras, arpas, zampoñas y todo tipo de música, más les vale que se inclinen ante la estatua que he mandado hacer y la adoren. De lo contrario, serán lanzados de inmediato a un horno en llamas. ¿Y qué dios podrá librarlos de mis manos?


Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad.


Por tanto, yo decreto que se descuartice a cualquiera que hable en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, y que su casa sea reducida a cenizas, sin importar la nación a que pertenezca o la lengua que hable. ¡No hay otro dios que pueda salvar de esta manera!».


Ya cerca, lleno de ansiedad gritó: —Daniel, siervo del Dios viviente, ¿pudo tu Dios, a quien sirves continuamente, salvarte de los leones?


Señor, de acuerdo con tus actos justos, por favor aparta tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad y tu monte santo. Por nuestros pecados y por la iniquidad de nuestros antepasados, Jerusalén y tu pueblo son objeto de burla de cuantos nos rodean.


Cualquier cosa que ustedes pidan en mi nombre, yo la haré; así será glorificado el Padre en el Hijo.


Y yo pediré al Padre y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre:


—Yo soy el camino, la verdad y la vida —contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.


Porque, si cuando éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con él mediante la muerte de su Hijo, ¡con cuánta más razón, habiendo sido reconciliados, seremos salvados por su vida!


También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios.


¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió e incluso resucitó y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros.


Ya que Dios, en su sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.


Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo Espíritu.


En él, mediante la fe, disfrutamos de libertad y confianza para acercarnos a Dios.


Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros,


Él transformará nuestro cuerpo miserable para que sea como su cuerpo glorioso, mediante el poder con que somete a sí mismo todas las cosas.


Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,


Por ese motivo padezco estos sufrimientos. Pero no me avergüenzo, porque sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta aquel día lo que le he confiado.


En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.


Así que ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que confiesan su nombre.


Por haber sufrido él mismo la tentación, puede socorrer a los que son tentados.


Sin embargo, vemos a Jesús, quien fue hecho un poco menor a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos.


En los días de su vida mortal, Jesús ofreció oraciones y súplicas con fuerte clamor y lágrimas al que podía salvarlo de la muerte y fue escuchado por su temor reverente.


que ha llegado a serlo no conforme a un requisito legal respecto a linaje humano, sino conforme al poder de una vida indestructible.


ya que no perfeccionó nada; y por la otra, se introduce una esperanza mejor, mediante la cual nos acercamos a Dios.


pero como Jesús permanece para siempre, su sacerdocio es imperecedero.


En el caso de los levitas, los diezmos los reciben hombres mortales; en el otro caso, los recibe Melquisedec, de quien se da testimonio de que vive.


Por eso Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor nuestro.


A aquel que es poderoso para guardarlos sin caída y presentarlos sin mancha delante de su gloria con gran alegría,


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