Génesis 26:28 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

²⁸ —Nos hemos dado cuenta de que el Señor está contigo —respondieron—. Por eso, queremos proponerte que hagamos entre nosotros un trato bajo juramento. Ese pacto será el siguiente:

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁸ Y ellos respondieron: Hemos visto que Jehová está contigo; y dijimos: Haya ahora juramento entre nosotros, entre tú y nosotros, y haremos pacto contigo,

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁸ —Podemos ver claramente que el Señor está contigo —respondieron ellos—. Por eso queremos hacer un tratado contigo bajo juramento.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁸ Le contestaron: 'Hemos visto claramente que Yavé está contigo, y hemos dicho: Prometamos con juramento, nosotros y tú, que viviremos en paz.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁸ Le respondieron: Ciertamente hemos visto que YHVH está contigo, y hemos pensado interponer un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros, y concertaremos un pacto contigo

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁸ Respondieron ellos: 'Hemos visto claramente que Yahveh está contigo y hemos acordado que haya un juramento entre nosotros y tú, y que concluyamos contigo una alianza.

Génesis 26:28 Referans Kwoze

Génesis 24:3

y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás de esta tierra de Canaán, donde yo habito, una mujer para mi hijo

Génesis 24:41

Solo quedarás libre del juramento si vas a ver a mi familia y ellos no te conceden a la joven”.

Génesis 31:44

Hagamos un pacto tú y yo y que ese pacto nos sirva como testimonio.

Génesis 39:3

este se dio cuenta de que el Señor estaba con José y lo hacía prosperar en todo.

Génesis 39:5

Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo.

2 Crónicas 1:1

Salomón, hijo de David, consolidó su reino, pues el Señor su Dios estaba con él y lo hizo muy poderoso.

2 Crónicas 15:9

Después convocó a los habitantes de Judá y de Benjamín, como también a los de Efraín, Manasés y Simeón que vivían entre ellos, pues muchos israelitas se habían unido a Asá, al ver que el Señor su Dios estaba con él.

Isaías 45:14

Así dice el Señor: «Los productos de Egipto y la mercancía de Cus pasarán a ser de tu propiedad; los sabeos, hombres de elevada estatura, marcharán detrás de ti en cadenas. Se postrarán en tu presencia y suplicantes te dirán: “Hay un solo Dios, no hay ningún otro, y ese Dios está contigo”».

Isaías 60:14

Ante ti vendrán a inclinarse los hijos de tus opresores; todos los que te desprecian se postrarán a tus pies, y te llamarán “Ciudad del Señor”, “Sión del Santo de Israel”.

Isaías 61:6

Pero a ustedes los llamarán «sacerdotes del Señor»; les dirán «ministros de nuestro Dios». Se alimentarán de las riquezas de las naciones, y se jactarán de los tesoros de ellas.

Isaías 61:9

Sus descendientes serán conocidos entre las naciones, y sus vástagos, entre los pueblos. Quienes los vean reconocerán que ellos son descendencia bendecida del Señor».

Romanos 8:31

¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?

1 Corintios 14:25

y los secretos de su corazón quedarán al descubierto. Así que se postrará ante Dios y lo adorará, exclamando: «¡Realmente Dios está entre ustedes!».

Hebreos 13:5

Manténganse libres del amor al dinero y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca los dejaré; jamás los abandonaré».

Hebreos 6:16

La gente jura por alguien superior a sí misma, y el juramento, al confirmar lo que se ha dicho, pone punto final a toda discusión.

Josué 3:7

Luego el Señor dijo a Josué: «Este día comenzaré a engrandecerte ante el pueblo de Israel. Así sabrán que estoy contigo como estuve con Moisés.

1 Samuel 11:1

Najás, el amonita, subió contra Jabés de Galaad y la sitió. Los habitantes de la ciudad le dijeron: —Haz un pacto con nosotros y seremos tus siervos.

1 Samuel 18:28

Saúl se dio cuenta de que, en efecto, el Señor estaba con David y de que su hija Mical lo amaba.