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Filipenses 3:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 Porque la circuncisión somos nosotros, los que por medio del Espíritu de Dios adoramos, nos enorgullecemos en Cristo Jesús y no ponemos nuestra confianza en esfuerzos humanos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Pues los que adoramos por medio del Espíritu de Dios somos los verdaderos circuncisos. Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna confianza en esfuerzos humanos

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Nosotros somos los verdaderos circuncidados, pues servimos a Dios en espíritu y confiamos no en cosas humanas, sino en Cristo Jesús.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Porque nosotros somos la circuncisión,° los que servimos por el Espíritu de Dios,° y nos gloriamos en Jesús el Mesías, no teniendo confianza en la carne.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Pues la verdadera circuncisión somos nosotros, los que practicamos el culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en la carne,

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Filipenses 3:3
32 Referans Kwoze  

¡Gloríense en su santo nombre! ¡Alégrese el corazón de los que buscan al Señor!


Pero toda la descendencia de Israel será justificada y exaltada en el Señor.


Habitantes de Judá y de Jerusalén, circunciden sus corazones: circuncídense para honrar al Señor, no sea que por la maldad de sus obras mi furor se encienda como el fuego y arda sin que nadie pueda apagarlo.


castigaré a Egipto, Judá, Edom, Amón, Moab; también, a todos los que viven en el desierto y se rapan las sienes. Todas las naciones son incircuncisas, pero el pueblo de Israel es incircunciso de corazón».


Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los Ejércitos—.


Dios, a quien sirvo de corazón predicando el evangelio de su Hijo, me es testigo de que los recuerdo a ustedes sin cesar.


Por tanto, mi servicio a Dios es para mí motivo de orgullo en Cristo Jesús.


Pero ahora, al morir a lo que nos tenía atados, hemos quedado libres de la Ley, a fin de servir a Dios con el nuevo poder que nos da el Espíritu y no por medio del antiguo mandamiento escrito.


Y ustedes no recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: «¡Abba! ¡Padre!».


ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.


Ahora bien, no digamos que la palabra de Dios ha fracasado. Lo que sucede es que no todos los que descienden de Israel son Israel.


Ya que muchos presumen como lo hace el mundo, yo también lo haré.


Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu.


Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma y sobre el Israel de Dios.


Oren en el Espíritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténganse alertas y perseveren en oración por todos los creyentes.


Por eso, circunciden sus corazones y ya no sean tercos.


El Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma y así tengas vida.


Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jesús, a todos los creyentes en Cristo Jesús que están en Filipos, junto con los obispos y diáconos:


No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.


sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús.


Además, en él fueron circuncidados, no por mano humana, sino con la circuncisión que consiste en despojarse del cuerpo pecaminoso. Esta circuncisión la efectuó Cristo.


Pero ustedes, queridos hermanos, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo,


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