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Ezequiel 47:3 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

3 El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió mil codos y me hizo cruzar el agua, la cual me llegaba a los tobillos.

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Biblia Reina Valera 1960

3 Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Me llevó a lo largo de la corriente de agua y, mientras avanzábamos, él iba midiendo; cuando llegamos a quinientos treinta metros, me llevó a través de la corriente. El agua me llegaba a los tobillos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El hombre se alejó al oriente. Midió mil codos con la vara que sostenía en la mano, luego me dijo que atravesara el arroyuelo: el agua me llegaba apenas a los tobillos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Cuando el varón salió hacia el oriente con el cordel en su mano, midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas, hasta los tobillos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Cuando el hombre salió hacia oriente, tenía una cuerda en su mano y midió mil codos. Luego me hizo pasar por el agua con ella hasta los tobillos.

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Ezequiel 47:3
12 Referans Kwoze  

Me llevó allá y vi un hombre que parecía hecho de bronce. Estaba de pie junto a la puerta y en su mano tenía una cuerda de lino y una vara de medir.


Luego el hombre me sacó por la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur.


Luego midió otros mil codos y me hizo cruzar el agua, que ahora me llegaba a las rodillas. Midió otros mil codos y me hizo cruzar el agua, que esta vez me llegaba a la cintura.


Alcé la vista y vi ante mí un hombre que tenía en la mano un cordel de medir.


Yo seré para ella —afirma el Señor—, un muro de fuego y dentro de ella seré su gloria”.


Ahora voy a enviarles lo que ha prometido mi Padre, pero ustedes quédense en la ciudad hasta que sean revestidos del poder de lo alto.


Exaltado a la derecha de Dios y, habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo prometido, ha derramado esto que ustedes ahora ven y oyen.


Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.


Se me dio una vara que servía para medir y se me ordenó: «Levántate y mide el templo de Dios y el altar, luego cuenta cuántos adoran allí.


El ángel que hablaba conmigo llevaba una vara de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla.


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