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Ezequiel 47:1 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

1 El hombre me trajo de vuelta a la entrada del Templo y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del Templo. El agua corría por la parte baja del lado derecho del Templo, al sur del altar.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 En mi visión, el hombre me llevó nuevamente a la entrada del templo. Allí vi una corriente de agua que fluía hacia el oriente por debajo de la puerta del templo y pasaba por la derecha de la parte sur del altar.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 El me llevó a la entrada del Templo y vi que brotaba agua de debajo del dintel de la Casa: corría hacia el oriente igual como la Casa que daba al oriente. El agua brotaba del lado sur del altar.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Me condujo nuevamente a la entrada de la Casa, y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la Casa hacia el oriente, porque la fachada de la Casa miraba al oriente, y las aguas venían desde abajo, del lado derecho de la Casa, al sur del altar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Después me hizo volver a la entrada del templo, y vi que manaba agua de debajo del umbral del templo hacia oriente -pues la fachada del templo daba a oriente- y que el agua bajaba por debajo de la pared lateral derecha del templo, al sur del altar.

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Ezequiel 47:1
20 Referans Kwoze  

Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios, la santa habitación del Altísimo.


Dios está en ella, la ciudad no caerá; al rayar el alba Dios le brindará su ayuda.


Y mientras cantan y bailan, dicen: «Todas mis fuentes están en ti».


Muchos pueblos vendrán y dirán: «¡Vengan, subamos al monte del Señor, al Templo del Dios de Jacob! Dios mismo nos instruirá en sus caminos y así andaremos por sus sendas». Porque de Sión saldrá la Ley, de Jerusalén, la palabra del Señor.


En el día de la gran masacre, cuando caigan las torres, habrá arroyos y corrientes de agua en toda montaña alta y en toda colina elevada.


«¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed! ¡Vengan a comprar y a comer los que no tengan dinero! Vengan, compren vino y leche sin pago alguno.


«Dos son los pecados que ha cometido mi pueblo: Me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.


Luego se dirigió a la puerta que mira hacia el oriente. Subió sus gradas y midió el umbral de la puerta, el cual medía una vara de ancho.


El ancho de la entrada era de diez codos y cada una de las paredes laterales medía cinco codos de ancho. También midió la nave central; esta medía cuarenta codos de largo por veinte de ancho.


Entonces me dijo: «Estas son las cocinas donde los servidores del Templo hervirán los animales para los sacrificios del pueblo».


Junto a las orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales; sus hojas no se marchitarán, y siempre tendrán frutos. Cada mes darán frutos nuevos, porque el agua que los riega sale del santuario. Sus frutos servirán de alimento y sus hojas serán medicinales».


Luego el hombre me sacó por la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur.


»En aquel día las montañas destilarán vino nuevo y de las colinas fluirá leche; correrá el agua por los canales de los ríos de Judá. De la casa del Señor brotará una fuente que irrigará el valle de las acacias.


»En aquel día se abrirá una fuente para lavar del pecado y de la impureza a la casa real de David y a los habitantes de Jerusalén.


»En aquel día sus pies estarán en el monte de los Olivos que se encuentra al este de Jerusalén. El monte de los Olivos se partirá en dos de este a oeste, formará un gran valle, con una mitad del monte desplazándose al norte y la otra mitad al sur.


»En aquel día fluirá agua viva desde Jerusalén, tanto en verano como en invierno. Una mitad correrá hacia el mar Muerto y la otra, hacia el mar Mediterráneo.


Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, claro como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero


El Espíritu y la novia dicen: «¡Ven!»; y el que escuche diga: «¡Ven!». El que tenga sed, venga; y el que quiera, tome gratuitamente del agua de la vida.


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