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Ezequiel 34:2 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y adviérteles que así dice el Señor y Dios: “¡Ay de ustedes, pastores de Israel, que solo se cuidan a sí mismos! ¿Acaso los pastores no deben cuidar al rebaño?

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Biblia Reina Valera 1960

2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 «Hijo de hombre, profetiza contra los pastores, los líderes de Israel. Dales este mensaje de parte del Señor Soberano: “¡Qué aflicción les espera a ustedes, pastores, que se alimentan a sí mismos en lugar de alimentar a sus rebaños! ¿Acaso los pastores no deben alimentar a sus ovejas?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Hijo de hombre, habla de parte mía contra los pastores de Israel, ¡profetiza! Les dirás a los pastores, Esta es una palabra de Yavé: ¡Ay de ustedes, pastores de Israel: pastores que sólo se preocupan de ustedes mismos! ¿Acaso el pastor no tiene que preocuparse del rebaño?

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel. Profetiza, y di a esos pastores: Así dice Adonay YHVH: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos! ¿No deben acaso los pastores apacentar ovejas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 'Hijo de hombre, profetiza contra los pastores de Israel; profetiza y diles: '¡Pastores!, así dice el Señor Yahveh: ¡ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No deben los pastores apacentar las ovejas?

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Ezequiel 34:2
35 Referans Kwoze  

Ya desde antes, cuando Saúl era nuestro rey, usted dirigía a Israel en sus campañas. Además el Señor le dijo a usted: “Tú pastorearás a mi pueblo Israel y lo gobernarás”».


Como un pastor que cuida su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas.


Son perros de voraz apetito; nunca parecen saciarse. Son pastores sin discernimiento; cada uno anda por su propio camino. Todos, sin excepción, procuran su propia ganancia.


Los pastores se han vuelto necios, no buscan al Señor; por eso no han prosperado, y su rebaño anda disperso.


Muchos pastores han destruido mi viña, han pisoteado mi terreno; han hecho de mi hermosa parcela un desierto desolado.


Nunca preguntaron los sacerdotes: “¿Dónde está el Señor?”. Los que se ocupaban de la Ley jamás me conocieron; los pastores se rebelaron contra mí, profetizaron en nombre de Baal y se fueron tras dioses que para nada sirven.


«¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mis praderas!», afirma el Señor.


Les daré pastores conforme a mi corazón para que los guíen con sabiduría y entendimiento.


Ustedes me han profanado delante de mi pueblo por un puñado de cebada y unas migajas de pan. Por las mentiras que dicen, y que mi pueblo cree, se mata a los que no deberían morir y se deja con vida a los que no merecen vivir.


Hay una conspiración de sus príncipes en la que, como leones rugientes que despedazan su presa, devoran a la gente, se apoderan de las riquezas, de los objetos de valor y aumentan el número de viudas.


«Hijo de hombre, la gente que vive en esas ruinas en la tierra de Israel anda diciendo: “Si Abraham, que era uno solo, llegó a poseer todo el país, con mayor razón nosotros, que somos muchos, habremos de recibir la tierra en posesión”.


La palabra del Señor vino a mí y me dijo:


Las haré pastar en los mejores prados y en los montes altos de Israel estará su pastizal. Allí descansarán en un buen lugar de pastoreo y se alimentarán de los mejores pastos de los montes de Israel.


Yo mismo apacentaré mi rebaño y lo llevaré a descansar, afirma el Señor y Dios.


Ustedes que se acuestan en camas incrustadas de marfil y se arrellanan en divanes; que comen corderos selectos y terneros engordados;


¡Ay del pastor inútil que abandona su rebaño! ¡Que la espada hiera su brazo y le saque el ojo derecho! ¡Que el brazo quede tullido y el ojo derecho, ciego!


Todos los que vinieron antes de mí eran unos ladrones y unos bandidos, pero las ovejas no les hicieron caso.


Por tanto, hoy declaro que soy inocente de la sangre de todos,


Sé que después de mi partida entrarán en medio de ustedes lobos feroces que procurarán acabar con el rebaño.


Tales individuos no sirven a Cristo nuestro Señor, sino a sus propios deseos. Con palabras suaves y lisonjeras engañan a los ingenuos.


Miren que por tercera vez estoy listo para visitarlos y no seré una carga, pues no me interesa lo que ustedes tienen, sino lo que ustedes son. Después de todo, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino los padres para los hijos.


Llevados por la avaricia, estos falsos maestros se aprovecharán de ustedes con palabras engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su destrucción los acecha.


Estas personas son un peligro oculto; sin ningún respeto convierten en festejos las comidas de amor fraternal que ustedes celebran. Buscan solo su propio provecho. Son nubes sin agua, llevadas por el viento. Son árboles que no dan fruto cuando debieran darlo; están doblemente muertos, arrancados de raíz.


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