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Ezequiel 3:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

20 »Por otra parte, si una persona justa se desvía de su buena conducta y hace lo malo, y yo la hago tropezar y tú no se lo adviertes, morirá por su pecado. Las cosas justas que hizo no se tomarán en cuenta y yo te haré responsable de su muerte.

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Biblia Reina Valera 1960

20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 »Si los justos se desvían de su conducta recta y no hacen caso a los obstáculos que pongo en su camino, morirán; y si tú no les adviertes, ellos morirán en sus pecados. No se recordará ninguno de sus actos de justicia y te haré responsable de la muerte de esas personas;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Si el justo deja de hacer el bien y comete la injusticia, pondré una piedra delante de él para que se caiga y morirá. Si tú no se lo has advertido, morirá a causa de su pecado, se olvidarán de las buenas acciones que haya hecho, pero a ti te pediré cuenta de su sangre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Si algún justo se aparta de su justicia y hace maldad, pondré un tropiezo delante de él y morirá, porque tú no lo amonestaste. Por su pecado morirá, y las obras de justicia que hizo no serán recordadas, pero Yo demandaré su sangre de tu mano.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Por otra parte, si un justo se aparta de su justicia y comete injusticias, pondré ante él un obstáculo: morirá. Puesto que no le has avisado, morirá por su pecado y no serán tenidas en cuenta las obras justas que hizo, pero reclamaré su sangre de tu mano.

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Ezequiel 3:20
41 Referans Kwoze  

Mientras el sacerdote Joyadá vivió, Joás hizo lo que agradaba al Señor.


Por eso el Señor se encendió en ira contra Amasías y le envió un profeta con este mensaje: —¿Por qué sigues a unos dioses que no pudieron librar de tus manos a su propio pueblo?


Los que aman tu Ley disfrutan de gran paz y nada los hace tropezar.


Pero a los que van por caminos torcidos deséchalos, Señor, junto con los malhechores. ¡Que haya paz en Israel!


Sus palabras son malvadas y engañosas; ha perdido el buen juicio y la capacidad de hacer el bien.


Como anillo o collar de oro fino son los regaños del sabio en oídos atentos.


Todos somos como gente impura; todos nuestros actos de justicia son como trapos de inmundicia. Todos nos marchitamos como hojas; nuestras iniquidades nos arrastran como el viento.


Él será un santuario. Pero será una piedra de tropiezo para las dos casas de Israel; una roca que los hará caer. ¡Será para los habitantes de Jerusalén un lazo y una trampa!


Pero ahora se han vuelto atrás y han profanado mi nombre. Cada uno ha obligado a sus esclavas y esclavos que había liberado a someterse de nuevo a la esclavitud”».


Por eso, así dice el Señor: «Voy a ponerle obstáculos a este pueblo. Padres e hijos tropezarán contra ellos, vecinos y amigos perecerán».


«Hijo de hombre, estas personas han hecho de su corazón un altar de ídolos y han puesto piedras de tropiezo que los hacen pecar. ¿Cómo voy a permitir que me consulten?


»Si el justo se aparta de la justicia y hace lo malo y comete todas las abominaciones del malvado, ¿merece vivir? No, sino que morirá por causa de su infidelidad y de sus pecados, y no se tomará en cuenta ninguna de sus obras justas.


Si el justo se aparta de su justicia, cae en la maldad y muere, pero muere a causa de su maldad.


Cuando yo diga al malvado: “¡Vas a morir!”, y tú al malvado no le hayas advertido sobre su mala conducta —para que siga viviendo—, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte.


Si el justo se aparta de su justicia y hace lo malo, morirá a causa de ello.


Ahora bien, si el centinela ve venir la espada y no toca la trompeta para prevenir al pueblo, y viene la espada y mata a alguien, esa persona perecerá por su maldad, pero al centinela yo le pediré cuentas de esa muerte”.


»La plata la arrojarán a las calles y el oro lo verán como algo impuro. En el día de la ira del Señor, ni el oro ni la plata podrán salvarlos; no servirán para saciar su hambre y llenarse el estómago, porque el oro fue el causante de la caída de ustedes.


Préstanos oído, Dios nuestro; abre los ojos y mira nuestra ruina y la ciudad sobre la cual se invoca tu Nombre. Al hacerte estas peticiones, no apelamos a nuestra rectitud, sino a tu gran misericordia.


»No alimentes en tu corazón odios contra tu hermano, sino reprende con franqueza a tu prójimo para que no sufras las consecuencias de su pecado.


a los que se apartan del Señor y no lo buscan ni lo consultan.


»Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano.


Simeón les dio su bendición y dijo a María, la madre de Jesús: «Este niño está destinado a causar la caída y el levantamiento de muchos en Israel, y a crear mucha oposición,


Pero la parte que cayó en buen terreno son los que oyen la palabra con corazón noble y bueno, la retienen y, como perseveran, producen una buena cosecha.


Y David dice: «Que sus banquetes se les conviertan en red y en trampa, en tropezadero y en castigo.


mientras que nosotros predicamos a Cristo crucificado. Este mensaje es motivo de tropiezo para los judíos y es locura para los no judíos,


no prestes atención a las palabras de ese profeta o soñador. El Señor tu Dios te estará probando para saber si lo amas con todo el corazón y con toda el alma.


Pero el justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado».


Obedezcan a sus dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos a fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.


y también: «una piedra de tropiezo y una roca que hace caer». Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.


Aunque salieron de entre nosotros, en realidad no eran de los nuestros; si lo hubieran sido, se habrían quedado con nosotros. Su salida sirvió para comprobar que ninguno de ellos era de los nuestros.


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