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Ezequiel 24:12 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

12 Pero ella frustró todos los esfuerzos; está tan oxidada que ni el fuego la puede purificar.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

12 En vano se cansó, y no salió de ella su mucha herrumbre. Solo en fuego será su herrumbre consumida.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

12 Pero es un caso perdido; la corrupción no puede limpiarse. Así que échala al fuego.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

12 ¡Pero no! El óxido está tan metido que no sale con el fuego.

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La Biblia Textual 3a Edicion

12 Pero vano es el esfuerzo, pues ni con el fuego suelta de sí su mucho verdín.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

12 '¡Esfuerzo agotador! Ni aun con el fuego se le quita su espesa roña. La roña

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Ezequiel 24:12
19 Referans Kwoze  

Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: «Aunque la inclinación del corazón del ser humano es perversa desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.


¿Por qué recibir más golpes? ¿Por qué insistir en la rebelión? Toda su cabeza está herida, todo su corazón está enfermo.


Los muchos consejos te han fatigado. Que se presenten tus astrólogos, los que observan las estrellas, los que hacen predicciones mes a mes, ¡que te salven de lo que viene sobre ti!


He visto tus adulterios, tus relinchos, tu prostitución desvergonzada y tus abominaciones, en los campos y sobre las colinas. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿Hasta cuándo seguirás en tu impureza?».


«Dos son los pecados que ha cometido mi pueblo: Me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.


Señor, ¿acaso no buscan tus ojos la verdad? Golpeaste a esa gente y no les dolió, acabaste con ellos y no quisieron ser corregidos. Endurecieron su rostro más que una roca y no quisieron arrepentirse.


Así dice el Señor de los Ejércitos: «Los anchos muros de Babilonia serán derribados por completo; sus imponentes puertas serán incendiadas. Los pueblos se agotan en vano, y las naciones se fatigan por lo que se desvanece como el humo».


Los fuelles soplan con furor y el plomo se derrite en el fuego, pero los malvados no se purifican; ¡de nada sirve que se les refine!


Se engañan unos a otros; no se hablan con la verdad. Han enseñado a sus lenguas a mentir y pecan hasta el cansancio.


»”Jerusalén, yo he querido purificarte de tu infame lujuria, pero no has dejado que te purifique. Por eso, no quedarás limpia hasta que se apacigüe mi ira contra ti.


Porque el Señor y Dios dice: »”¡Ay de la ciudad sanguinaria! ¡Ay de esa olla oxidada, cuyo óxido no se puede quitar! Saca uno a uno los trozos de carne, tal como vayan saliendo.


Efraín se alimenta de viento: todo el día va tras el viento del este y multiplica la mentira y la violencia. Hace pactos con Asiria, y a Egipto le da aceite como tributo».


¿Acaso no ha determinado el Señor de los Ejércitos que el trabajo de los pueblos sea solo leña para el fuego y las naciones se fatiguen por nada?


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