Ezequiel 18:32 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

³² Yo no quiero la muerte de nadie. ¡Conviértanse y vivirán!, afirma el Señor y Dios.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³² Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³² No quiero que mueras, dice el Señor Soberano. ¡Cambia de rumbo y vive!

Biblia Católica (Latinoamericana)

³² A mí no me gusta la muerte de nadie, palabra de Yavé; conviértanse y vivirán.

La Biblia Textual 3a Edicion

³² Porque Yo no quiero la muerte del que muere, dice Adonay YHVH. Por tanto, ¡convertíos y viviréis!

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³² Pues no me complazco en la muerte de nadie -oráculo del Señor Yahveh. Convertíos y vivid.'

Ezequiel 18:32 Referans Kwoze

Job 37:23

El Todopoderoso no está a nuestro alcance; excelso es su poder. Grandes son su justicia y rectitud; ¡a nadie oprime!

Isaías 31:6

Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente!

Isaías 55:7

Que abandone el malvado su camino y el perverso sus pensamientos. Que se vuelva al Señor, a nuestro Dios, que es generoso para perdonar y de él recibirá compasión.

Lamentaciones 3:33

El Señor nos hiere y nos aflige, pero no porque sea de su agrado.

Ezequiel 18:23

¿Acaso creen que me complace la muerte del malvado? ¿No quiero más bien que abandone su mala conducta y que viva? Yo, el Señor y Dios, lo afirmo.

Ezequiel 33:11

Diles: “Tan cierto como que yo vivo, afirma el Señor y Dios, no me alegro con la muerte del malvado, sino con que se convierta de su mala conducta y viva. ¡Conviértete, pueblo de Israel; conviértete de tu conducta perversa! ¿Por qué habrás de morir?”.

Zacarías 1:3

Por lo tanto, advierte al pueblo que así dice el Señor de los Ejércitos: »“Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes”, afirma el Señor de los Ejércitos.

1 Timoteo 2:4

pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad.

2 Pedro 3:9

El Señor no tarda en cumplir su promesa, según entienden algunos la tardanza. Más bien, él tiene paciencia con ustedes, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se arrepientan.