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Éxodo 29:18 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

18 y entonces quemarás todo el carnero sobre el altar. Se trata de un holocausto, de una ofrenda puesta al fuego, de aroma grato delante del Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 Y quemarás todo el carnero sobre el altar; es holocausto de olor grato para Jehová, es ofrenda quemada a Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 después quema todo el animal sobre el altar. Esta es una ofrenda quemada al Señor; es un aroma agradable, una ofrenda especial presentada al Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 y lo quemarás todo en el altar. Es el holocausto, esto es el sacrificio de calmante olor para Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 y quemarás todo el carnero sobre el altar. Es el holocausto a YHVH, olor que apacigua, ofrenda ígnea para YHVH.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 y quemarás todo el carnero en el altar. Es un holocausto a Yahveh de calmante aroma, de manjares pasados por el fuego en honor de Yahveh.

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Éxodo 29:18
23 Referans Kwoze  

Abraham alzó la vista y en un matorral vio un carnero enredado por los cuernos. Fue entonces, tomó el carnero y lo ofreció como holocausto, en lugar de su hijo.


Y Dios ordenó: —Toma a tu hijo Isaac, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré.


Isaac dijo a Abraham: —¡Padre! —Dime, hijo mío. —Aquí tenemos el fuego y la leña —continuó Isaac—; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?


Luego Noé construyó un altar al Señor, y sobre ese altar ofreció como holocausto animales y aves puros.


Cuando el Señor percibió el grato aroma, se dijo a sí mismo: «Aunque la inclinación del corazón del ser humano es perversa desde su juventud, nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa suya. Tampoco volveré a destruir a todos los seres vivientes, como acabo de hacerlo.


En ese momento, cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja.


Como en Gabaón estaba el santuario más importante, Salomón acostumbraba a ir al lugar para ofrecer sacrificios. Allí ofreció mil holocaustos;


No te reprendo por tus sacrificios ni por tus holocaustos, que siempre me ofreces.


Cortarás el carnero en trozos y, luego de lavar los intestinos y las patas, los pondrás sobre los trozos y la cabeza del carnero,


Luego tomarás todo eso de sus manos y en presencia del Señor lo quemarás en el altar, junto con el holocausto de aroma grato. Esta es una ofrenda puesta al fuego en honor del Señor.


«¿De qué me sirven sus muchos sacrificios?», dice el Señor. «Harto estoy de holocaustos de carneros y de la grasa de animales engordados; la sangre de novillos, corderos y machos cabríos no me complace.


¿De qué me sirve este incienso que llega de Sabá o la caña dulce de un país lejano? Sus holocaustos no me gustan; sus sacrificios no me agradan».


Después la desgarrará por las alas, pero sin arrancárselas. Entonces el sacerdote la quemará en el altar sobre la leña encendida. Es un holocausto, una ofrenda puesta al fuego cuyo aroma es grato al Señor.


Las entrañas y las patas se lavarán con agua, y luego el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, una ofrenda puesta al fuego, cuyo aroma es grato al Señor.


Luego, sacará al animal toda la grasa, tal y como se saca la grasa al sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará toda en el altar como aroma grato al Señor. Así el sacerdote pedirá perdón por él, y su pecado será perdonado.


Lavó con agua los intestinos y las patas; luego quemó todo el carnero sobre el altar. Se trataba de un holocausto, de una ofrenda puesta al fuego, de aroma grato delante del Señor, tal como el Señor se lo había mandado.


De la presencia del Señor salió un fuego que consumió el holocausto y la grasa que estaban sobre el altar. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en gritos de júbilo y cayó rostro en tierra.


Amarlo con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más importante que todos los holocaustos y sacrificios.


y lleven una vida de amor, así como Cristo nos amó y se entregó por nosotros como ofrenda y sacrificio fragante para Dios.


Ya he recibido todo lo que necesito y aún más; tengo hasta de sobra ahora que he recibido de Epafrodito lo que me enviaron. Es una ofrenda fragante, un sacrificio que Dios acepta con agrado.


Samuel tomó entonces un cordero pequeño y lo ofreció en holocausto al Señor. Luego clamó al Señor en favor de Israel, y el Señor respondió.


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