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Éxodo 20:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

24 Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sobre él sus holocaustos y sacrificios de comunión, sus ovejas y sus toros. Yo vendré al lugar donde les pida invocar mi nombre y los bendeciré.

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Biblia Reina Valera 1960

24 Altar de tierra harás para mí, y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tus ovejas y tus vacas; en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 »”Háganme un altar de tierra y ofrézcanme sus sacrificios: sus ofrendas quemadas y ofrendas de paz, sus ovejas y cabras y su ganado. Constrúyanme un altar donde yo determine que recuerden mi nombre, y allí me presentaré ante ustedes y los bendeciré.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 A mí me harás un altar de tierra y sobre él ofrecerás tus sacrificios de comunión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te bendeciré en todo lugar en que yo haya revelado mi Nombre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 Para mí, harás un altar de tierra y sacrificarás sobre él tus holocaustos y tus ofrendas de paz, tu rebaño y tu ganado. En todo lugar donde Yo haga recordar mi Nombre, vendré a ti y te bendeciré.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Me levantarás un altar de tierra y ofrecerás en él tus holocaustos y sacrificios de comunión, tu ganado menor y mayor. En todo lugar donde yo conmemore mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.

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Éxodo 20:24
44 Referans Kwoze  

»Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición.


En cuanto dijeron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed Edom y toda su hacienda, David fue a la casa de Obed Edom y, en medio de gran algarabía, trasladó el arca de Dios a la Ciudad de David.


¡Que tus ojos estén abiertos día y noche sobre este templo, el lugar donde decidiste poner tu Nombre, para que oigas la oración que tu siervo eleva hacia ese lugar!


óyelo tú desde el cielo, donde habitas, y concédele cualquier petición que te haga. Así todos los pueblos de la tierra conocerán tu nombre y, al igual que tu pueblo Israel, tendrán temor de ti y comprenderán que este templo que he construido lleva tu Nombre.


Entonces el Señor le dijo: «He escuchado tu oración y la súplica que me has hecho. Consagro este templo que tú has construido para que yo ponga mi Nombre en él por siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.


—En ese caso —persistió Naamán—, permítame usted llevarme dos cargas de esta tierra, ya que de aquí en adelante su servidor no va a ofrecerle holocaustos ni sacrificios a ningún otro dios, sino solo al Señor.


así que el rey Roboán afirmó su trono y continuó reinando en Jerusalén. Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar. Reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad donde, de entre todas las tribus de Israel, el Señor había decidido poner su Nombre. La madre de Roboán era una amonita llamada Noamá.


Más bien, elegí a Jerusalén para poner allí mi Nombre y a David para que gobernara a mi pueblo Israel”.


Desde ahora y para siempre escojo y consagro este templo para que mi Nombre esté en él para siempre. Mis ojos y mi corazón siempre estarán allí.


¡Que el Dios que decidió poner su Nombre allí derribe a cualquier rey o nación que intente modificar este decreto o destruir ese templo de Dios en Jerusalén! Yo, Darío, promulgo este decreto. Publíquese y cúmplase al pie de la letra.


pero si se vuelven a mí, obedecen y ponen en práctica mis mandamientos, aunque hayan sido llevados al lugar más apartado del mundo, los recogeré y los haré volver al lugar que escoja como residencia de mi Nombre”.


Quiero triunfar en el camino de perfección: ¿cuándo me visitarás? Quiero conducirme en mi propia casa con integridad de corazón.


¡Jerusalén, ya nuestros pies se han plantado ante tus portones!


Que el Señor te bendiga desde Sión y veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida.


Que desde Sión te bendiga el Señor, que hizo el cielo y la tierra.


Prendieron fuego a tu santuario; profanaron la morada de tu Nombre.


En Salén se halla su santuario; en Sión está su morada.


más bien, escogió a la tribu de Judá y al monte Sión, al cual ama.


A esto respondió Moisés: —¡Al contrario! Tú vas a darnos los sacrificios y holocaustos que hemos de presentar al Señor nuestro Dios,


Dicho esto, Jetro presentó a Dios un holocausto y otros sacrificios, y Aarón y todos los jefes de Israel se sentaron a comer con el suegro de Moisés en presencia de Dios.


Si me hacen un altar de piedra, no lo construyan con piedras labradas, pues las herramientas profanan la piedra.


Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho. A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras.


Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión.


»Haz un altar de madera de acacia, cuadrado, de cinco codos por lado y tres codos de alto.


Sales al encuentro de los que, alegres, practican la justicia y recuerdan tus caminos. Pero te enojas si persistimos en desviarnos de ellos. ¿Cómo podremos ser salvos?


y no lo lleve a la entrada de la Tienda de reunión para ofrecerlo al Señor, el tal será eliminado de su pueblo.


Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los Ejércitos—.


Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos».


enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.


Y al lugar que el Señor su Dios escoja como habitación de su Nombre llevarán todo lo que he ordenado: holocaustos, sacrificios, diezmos, contribuciones y las ofrendas más selectas que hayan prometido al Señor.


Si queda demasiado lejos el lugar donde el Señor tu Dios decida poner su Nombre, podrás sacrificar animales de tus vacas y ovejas, según mis instrucciones, y comer en tus pueblos todo lo que quieras.


sino que irán y lo buscarán en el lugar que, de entre todas las tribus, el Señor escoja como residencia de su Nombre.


En la presencia del Señor tu Dios comerás la décima parte de tu trigo, tu vino nuevo y tu aceite, y de los primogénitos de tus vacas y ovejas; lo harás en el lugar que él escoja como residencia de su Nombre. Así aprenderás a temer siempre al Señor tu Dios.


Y te alegrarás en presencia del Señor tu Dios, en el lugar que él escoja como residencia de su Nombre, junto con tus hijos y tus hijas, tus esclavos y tus esclavas, los levitas de tus ciudades, los extranjeros, los huérfanos y las viudas que vivan en medio de ti.


tomarás de las primicias de todo lo que produzca la tierra que el Señor tu Dios te da y las pondrás en una canasta. Luego irás al lugar que el Señor tu Dios haya elegido como residencia de su Nombre


Te amará, te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, también el fruto de la tierra que juró a tus antepasados que te daría. Es decir, bendecirá el trigo, el vino y el aceite, las crías de tus ganados y los corderos de tus rebaños.


Quiero, pues, que en todas partes los hombres oren, levantando las manos al cielo con santidad, sin enojos ni contiendas.


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