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Efesios 6:20 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

20 por el cual soy embajador en cadenas. Oren para que lo proclame valerosamente, como debo hacerlo.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Ahora estoy encadenado, pero sigo predicando este mensaje como embajador de Dios. Así que pidan en oración que yo siga hablando de él con valentía, como debo hacerlo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 cuando tenga que presentar mi defensa, pues yo soy embajador encadenado de este Evangelio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 por el cual soy embajador en cadenas; para que osadamente hable acerca de él,° como debo hablar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 cuyo embajador soy, aun entre cadenas, para que pueda hablar valerosamente de él como es debido.

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Efesios 6:20
31 Referans Kwoze  

El mensajero malvado se mete en problemas; el enviado confiable trae sanidad.


¡Miren cómo gritan sus valientes en las calles! ¡Amargamente lloran los mensajeros de paz!


«¡Grita con toda tu fuerza, no te reprimas! Alza tu voz como trompeta. Denúnciale a mi pueblo sus rebeldías; sus pecados, a los descendientes de Jacob.


»Pero tú, ¡prepárate! Ve y diles todo lo que yo te ordene. No estés aterrorizado ante ellos, pues de lo contrario te aterrorizaré ante ellos.


La palabra del Señor vino a Jeremías después de que Nabuzaradán, el comandante de la guardia, lo había dejado libre en Ramá. Allí lo había encontrado Nabuzaradán preso y encadenado, entre todos los cautivos de Judá y Jerusalén que eran deportados a Babilonia.


El comandante se abrió paso, lo arrestó y ordenó que lo sujetaran con dos cadenas. Luego preguntó quién era y qué había hecho.


Pablo respondió: —Sea por poco o por mucho, pido a Dios que no solo usted, sino también todos los que me están escuchando hoy lleguen a ser como yo, aunque sin estas cadenas.


Por este motivo he pedido verlos y hablar con ustedes. Precisamente por la esperanza de Israel estoy encadenado.


Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


—¡Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás apóstoles—.


Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza.


Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios».


Por esta razón yo, Pablo, prisionero de Cristo Jesús por el bien de ustedes los no judíos, me arrodillo en oración.


Por eso yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que vivan de una manera digna del llamamiento que han recibido,


Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio,


Mi ardiente anhelo y esperanza es que en nada seré avergonzado, sino que con toda libertad, ya sea que yo viva o muera, ahora como siempre, Cristo será exaltado en mi cuerpo.


Es justo que yo piense así de todos ustedes porque los llevo en el corazón; pues, ya sea que me encuentre preso o defendiendo y confirmando el evangelio, todos ustedes participan conmigo de la gracia que Dios me ha dado.


y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra la puerta para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso.


Oren para que yo lo anuncie con claridad, como debo hacerlo.


Y saben también que, a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos, cobramos confianza en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha.


Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, porque muchas veces me dio ánimo y no se avergonzó de mis cadenas.


por el que sufro al extremo de llevar cadenas como un criminal. Pero la palabra de Dios no está encadenada.


te suplico por mi hijo Onésimo, quien llegó a ser hijo mío mientras yo estaba preso.


prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y ahora, además, prisionero de Cristo Jesús,


En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.


Queridos hermanos, he deseado intensamente escribirles acerca de la salvación que tenemos en común. Ahora siento la necesidad de hacerlo para rogarles que sigan luchando vigorosamente por la fe encomendada a los creyentes una vez y para siempre.


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