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Efesios 6:19 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

19 Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor el misterio del evangelio,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Y oren también por mí. Pídanle a Dios que me dé las palabras adecuadas para poder explicar con valor su misterioso plan: que la Buena Noticia es para judíos y gentiles por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Rueguen también por mí, para que, al hablar, se me den palabras y no me falte el coraje para dar a conocer el misterio del Evangelio

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 y por mí, para que me sea dada palabra al abrir mi boca, a fin de dar a conocer abiertamente el misterio del evangelio,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 y también por mí, para que Dios ponga su Palabra en mis labios y me conceda anunciar con valentía el misterio del Evangelio,

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Efesios 6:19
34 Referans Kwoze  

Pablo y Bernabé contestaron valientemente: «Era necesario que anunciáramos la palabra de Dios primero a ustedes. Como la rechazan y no se consideran dignos de la vida eterna, ahora vamos a dirigirnos a los que no son judíos.


En todo caso, Pablo y Bernabé pasaron allí bastante tiempo, hablando valientemente en el nombre del Señor, quien confirmaba el mensaje de su gracia haciendo señales y prodigios por medio de ellos.


Comenzó a hablar valientemente en la sinagoga. Al oírlo Priscila y Aquila, lo tomaron a su cargo y le explicaron con mayor precisión el camino de Dios.


Pablo entró en la sinagoga y habló allí con toda valentía durante tres meses. Discutía acerca del reino de Dios, tratando de convencerlos,


Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.


Predicaba el reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.


Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús.


Ahora, Señor, toma en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos el proclamar tu palabra sin temor alguno.


Después de haber orado, tembló el lugar en que estaban reunidos; todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin temor alguno.


Entonces Bernabé lo tomó a su cargo y lo llevó a los apóstoles. Bernabé describió en detalle cómo en el camino Saulo había visto al Señor, el cual le había hablado. Y contó que en Damasco Saulo había predicado con libertad en el nombre de Jesús.


Conversaba y discutía con los judíos de habla griega, pero ellos se proponían eliminarlo.


Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que se unan conmigo en esta lucha y que oren a Dios por mí.


Al que puede fortalecerlos a ustedes conforme a mi evangelio y a la predicación acerca de Jesucristo, según la revelación del misterio que durante largos siglos se mantuvo en secreto,


Unidos a Cristo ustedes se han llenado de toda riqueza, tanto en palabra como en conocimiento.


Más bien, exponemos el misterio de la sabiduría de Dios, una sabiduría que ha estado escondida y que Dios había destinado para nuestra gloria desde la eternidad.


Que todos nos consideren servidores de Cristo, encargados de administrar los misterios de Dios.


Mientras tanto, ustedes nos ayudan orando por nosotros. Así muchos darán gracias a Dios por nosotros a causa del don que se nos ha concedido en respuesta a tantas oraciones.


Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza.


Hermanos corintios, les hemos hablado con toda franqueza; les hemos abierto de par en par nuestro corazón.


Les tengo mucha confianza y me siento muy orgulloso de ustedes. Estoy muy animado; en medio de todas nuestras aflicciones se desborda mi alegría.


Pero ustedes, así como sobresalen en todo —en fe, en palabras, en conocimiento, en dedicación y en su amor hacia nosotros—, procuren también sobresalir en esta gracia de dar.


Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo,


y de hacer entender a todos el plan divino, el misterio que desde los tiempos eternos se mantuvo oculto en Dios, creador de todas las cosas.


Quiero que lo sepan para que cobren ánimo, permanezcan unidos por amor, y tengan toda la riqueza que proviene de la convicción y del entendimiento. Así conocerán el misterio de Dios, es decir, a Cristo,


y, al mismo tiempo, intercedan por nosotros a fin de que Dios nos abra la puerta para proclamar la palabra, el misterio de Cristo por el cual estoy preso.


Y saben también que, a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos, cobramos confianza en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha.


Hermanos, oren también por nosotros.


Por último, hermanos, oren por nosotros para que el mensaje del Señor se difunda rápidamente y se le reciba con honor, tal como sucedió entre ustedes.


No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe: Él se manifestó como hombre; fue justificado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido en la gloria.


Además de eso, prepárame alojamiento porque espero que Dios les conceda el tenerme otra vez con ustedes en respuesta a sus oraciones.


Oren por nosotros, porque estamos seguros de tener la conciencia tranquila y queremos portarnos honradamente en todo.


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