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Deuteronomio 3:24 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

24 «Tú, Señor y Dios, has comenzado a mostrarle a tu siervo tu grandeza y tu poder; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra capaz de hacer las obras y los prodigios que tú realizas?

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Biblia Reina Valera 1960

24 Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 “Oh Señor Soberano, a mí, tu siervo, recién has comenzado a mostrar tu grandeza y la fuerza de tu mano. ¿Acaso hay otro dios en el cielo o en la tierra que pueda hacer cosas tan grandes y poderosas como las que haces tú?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Yavé, mi señor, tú has comenzado a manifestar tu grandeza y tu mano fuerte; pues ¿qué Dios hay en los cielos o en la tierra que pueda hacer obras y hazañas como las tuyas?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 ¡Oh Adonay YHVH! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu fuerte mano, porque ¿qué dios hay en los cielos o en la tierra que haga según tus obras y según tus proezas?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 '¡Señor, Yahveh! Tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza y tu mano poderosa; pues ¿qué dios hay en el cielo o en la tierra que pueda hacer obras y proezas como las tuyas?

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Deuteronomio 3:24
25 Referans Kwoze  

»¡Qué grande eres, mi Señor y Dios! Nosotros mismos hemos aprendido que no hay nadie como tú y que aparte de ti no hay Dios.


(En efecto, los pueblos oirán hablar de tu gran nombre y de tus despliegues de fuerza y poder). Cuando ese extranjero venga y ore orientado hacia este templo,


dijo: «Señor, Dios de Israel, no hay Dios como tú en el cielo ni en la tierra, pues tú cumples tu pacto de amor con quienes te sirven y te siguen de todo corazón.


»Y ahora, Dios nuestro, Dios grande, temible y poderoso, que cumples el pacto y eres fiel, no tengas en poco los sufrimientos que han padecido nuestros reyes, líderes, sacerdotes y profetas, nuestros antepasados y todo tu pueblo, desde los reyes de Asiria hasta hoy.


¿Quién puede proclamar las proezas del Señor o expresar toda su alabanza?


Grande es el Señor y digno de toda alabanza; su grandeza es insondable.


Se hablará del poder de tus portentos y yo anunciaré la grandeza de tus obras.


Alábenlo por sus proezas, alábenlo por su inmensa grandeza.


Así todo mi ser exclamará: «¿Quién como tú, Señor? Tú libras de los poderosos a los pobres; a los pobres y necesitados libras de aquellos que los explotan».


Oh Dios, tú has hecho grandes cosas; tu justicia llega a las alturas. ¿Quién como tú, oh Dios?


No hay, Señor, entre los dioses otro como tú ni hay obras semejantes a las tuyas.


¿Quién en los cielos es comparable al Señor? ¿Quién como él entre los seres celestiales?


¿Quién como tú, Señor Dios de los Ejércitos, rodeado de poder y de fidelidad?


¿Quién, Señor, se te compara entre los dioses? ¿Quién se te compara en grandeza y santidad? Tú, Hacedor de maravillas, nos impresionas con tus portentos.


—Mañana mismo —contestó el faraón. —Así se hará —respondió Moisés—, para que reconozcas que no hay ninguno como el Señor nuestro Dios.


Porque esta vez voy a enviar el grueso de mis plagas contra ti, y contra tus funcionarios y tu pueblo, para que sepas que no hay en toda la tierra nadie como yo.


¿Con quién compararán a Dios? ¿Con qué imagen lo representarán?


«¿Con quién, entonces, me compararán ustedes? ¿Quién es igual a mí?», dice el Santo.


¡No hay nadie como tú, Señor! ¡Grande eres tú! ¡Grande y poderoso es tu nombre!


Por tanto, yo decreto que se descuartice a cualquiera que hable en contra del Dios de Sadrac, Mesac y Abednego, y que su casa sea reducida a cenizas, sin importar la nación a que pertenezca o la lengua que hable. ¡No hay otro dios que pueda salvar de esta manera!».


Contra Jacob no hay hechicería que valga, ni valen las adivinaciones contra Israel. De Jacob y de Israel se dirá: “¡Miren lo que Dios ha hecho!”.


Recuerden hoy que fueron ustedes, y no sus hijos, los que vieron y experimentaron la disciplina del Señor su Dios. Ustedes vieron su gran despliegue de fuerza y de poder,


En aquella ocasión supliqué al Señor:


Proclamaré el nombre del Señor. ¡Alaben la grandeza de nuestro Dios!


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