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Deuteronomio 24:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 No niegues sus derechos al extranjero ni al huérfano; tampoco tomes en garantía el manto de la viuda.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda,

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Debes actuar con justicia con los huérfanos y con los extranjeros que vivan en tu tierra, y nunca aceptes la ropa de una viuda como garantía por su deuda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 No violarás el derecho del forastero, ni del huérfano, ni tomarás en prenda las ropas de la viuda.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 No torcerás el derecho del extranjero o del huérfano, ni tomarás en prenda la ropa de la viuda.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 No torcerás el derecho del extranjero ni del huérfano, ni tomarás en prenda el vestido de la viuda.

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Deuteronomio 24:17
39 Referans Kwoze  

Sin motivo demandabas fianza de tus hermanos, y en prenda los despojabas de sus mantos; desnudos los dejabas.


a los huérfanos los despojan de sus asnos; a las viudas les quitan en prenda sus bueyes;


»Todo el que ofrezca sacrificios a otros dioses, en vez de ofrecérselos al Señor, será condenado a muerte.


»No imites la maldad de las mayorías. »No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal. »No perviertas la justicia tomando partido con la mayoría.


»No tuerzas la justicia contra los pobres de tu pueblo en sus demandas legales.


»No opriman al extranjero, pues ya lo han experimentado en carne propia: ustedes mismos fueron extranjeros en Egipto.


no sea que al beber se olviden de lo que la ley ordena y priven de sus derechos a todos los oprimidos.


Si en alguna provincia ves que se oprime al pobre y que a la gente se le niega un juicio justo, no te asombres de tales cosas; porque a un alto oficial lo vigila otro más alto y, por encima de ellos, hay otros altos oficiales.


Tus gobernantes son rebeldes, cómplices de ladrones; todos aman el soborno y van detrás de las recompensas. No abogan por el huérfano ni se ocupan de la causa de la viuda.


¿Con qué derecho aplastan a mi pueblo y trituran el rostro de los pobres?», afirma el Señor, el Señor de los Ejércitos.


Solo el que camina con justicia y habla con rectitud, el que rechaza la ganancia de la extorsión y se sacude las manos para no aceptar soborno, el que no presta oído a las conjuras de asesinato y cierra los ojos para no contemplar el mal.


Así dice el Señor: ‘Practiquen el derecho y la justicia. Libren al oprimido del poder del opresor. No maltraten ni hagan violencia al extranjero, ni al huérfano ni a la viuda, ni derramen sangre inocente en este lugar.


gordos y elegantes. Sus obras de maldad no tienen límite: no hacen justicia al huérfano, para que su causa prospere; ni defienden tampoco el derecho de los menesterosos.


Los terratenientes roban y extorsionan a la gente, explotan al indigente y al pobre, y maltratan injustamente al extranjero.


Tratan con desprecio a su padre y a su madre, oprimen al extranjero, explotan al huérfano y a la viuda.


»Cuando algún extranjero se establezca en el país de ustedes, no lo traten mal.


Ambas manos son hábiles para hacer el mal; gobernadores y jueces exigen soborno. Los poderosos imponen lo que quieren; todos traman en conjunto.


No opriman a las viudas ni a los huérfanos, ni a los extranjeros, ni a los pobres. No maquinen el mal en su corazón los unos contra los otros”.


«De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus jornaleros; contra los que oprimen a las viudas, a los huérfanos y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor de los Ejércitos—.


—Y nosotros, ¿qué debemos hacer? —preguntaron unos soldados. Y les dijo: —No extorsionen a nadie ni hagan denuncias falsas; más bien confórmense con lo que les pagan.


No sean parciales en el juicio; consideren de igual manera la causa de los débiles y la de los poderosos. No se dejen intimidar por nadie, porque el juicio es de Dios. Los casos que no sean capaces de resolver, tráiganmelos, que yo los atenderé».


No pervertirás la justicia ni actuarás con parcialidad. No aceptarás soborno, pues el soborno nubla los ojos del sabio y tuerce las palabras del justo.


Devuélveselo antes de la puesta del sol, para que se cubra con él durante la noche. Así estará él agradecido contigo y tú habrás actuado con justicia a los ojos del Señor tu Dios.


Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor tu Dios te sacó de allí. Por eso te ordeno que actúes con justicia.


Si alguien se endeuda contigo, no tomes en garantía su molino de mano ni su piedra de moler, porque sería lo mismo que arrebatarle su propia subsistencia.


«Maldito sea quien viole los derechos del extranjero, del huérfano o de la viuda». Y todo el pueblo dirá: «¡Amén!».


¡Pero ustedes han menospreciado al pobre! ¿No son los ricos quienes los explotan a ustedes y los arrastran ante los tribunales?


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