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Deuteronomio 2:7 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

7 Bien saben que el Señor su Dios los ha bendecido en todo lo que han emprendido, y los ha cuidado por todo este inmenso desierto. Durante estos cuarenta años, el Señor su Dios ha estado con ustedes y no les ha faltado nada.

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Biblia Reina Valera 1960

7 pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Pues el Señor Dios de ustedes los ha bendecido en todo lo que han hecho. Él les ha cuidado cada paso que han dado por este inmenso desierto. En estos cuarenta años, el Señor su Dios los ha acompañado, y no les ha faltado nada’”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Piensen que Yavé nos ha bendecido en todas nuestras obras; él había previsto nuestro camino por el desierto y hace ya cuarenta años que Yavé está con ustedes, sin que nada les haya faltado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Porque YHVH tu Dios te ha bendecido en toda obra de tu mano, ha conocido tu peregrinar a través de este vasto desierto, y hace ya cuarenta años que YHVH tu Dios está contigo y no has carecido de nada.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Porque Yahveh, tu Dios, te ha bendecido en todas tus empresas, te ha conducido en tu marcha a través de este gran desierto y hace ya cuarenta años que Yahveh, tu Dios, está contigo, sin que te haya faltado nada''.

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Deuteronomio 2:7
31 Referans Kwoze  

»Haré de ti una nación grande y te bendeciré; haré famoso tu nombre y serás una bendición.


El Señor ha bendecido mucho a mi amo y lo ha prosperado. Le ha dado ovejas y vacas, oro y plata, siervos y siervas, camellos y asnos.


Isaac sembró en aquella región y ese año cosechó al ciento por uno, porque el Señor lo había bendecido.


Pero Labán contestó: —Por favor, quédate. He sabido por un augurio que, gracias a ti, el Señor me ha bendecido.


este se dio cuenta de que el Señor estaba con José y lo hacía prosperar en todo.


Por causa de José, el Señor bendijo la casa del egipcio Potifar a partir del momento en que puso a José a cargo de su casa y de todos sus bienes. La bendición del Señor se extendió sobre todo lo que tenía el egipcio, tanto en la casa como en el campo.


Cuarenta años los sustentaste en el desierto. ¡Nada les faltó! No se desgastaron sus vestidos ni se les hincharon los pies.


Él, en cambio, conoce mis caminos; si me pusiera a prueba, saldría yo puro como el oro.


Porque el Señor cuida el camino de los justos, mas la senda de los malvados lleva a la perdición.


Vagaban perdidos por parajes desiertos, sin dar con el camino a una ciudad habitable.


Me alegro y me regocijo en tu amor, porque tú has visto mi aflicción y conoces las angustias de mi alma.


Que el favor del Señor nuestro Dios esté sobre nosotros. Confirma en nosotros la obra de nuestras manos; sí, confirma la obra de nuestras manos.


Comieron los israelitas maná cuarenta años, hasta que llegaron a los límites de la tierra de Canaán, que fue su país de residencia.


«Ve y proclama a oídos de Jerusalén que así dice el Señor: »“Recuerdo la fidelidad de tu juventud, tu amor de novia, cuando me seguías por el desierto, por tierras no cultivadas.


Porque yo cuidé de ti en el desierto, en esa tierra de terrible aridez.


Yo mismo los saqué a ustedes de Egipto y los conduje cuarenta años por el desierto para que tomaran posesión de la tierra de los amorreos.


El Señor habló a Moisés en el desierto de Sinaí, en la Tienda de reunión, el día primero del mes segundo, en el segundo año después de que los israelitas salieron de Egipto. Le dijo:


Durante cuarenta años los hijos de ustedes serán pastores por el desierto. Cargarán con esta infidelidad, hasta que el último de ustedes caiga muerto en el desierto.


La exploración del país duró cuarenta días, así que ustedes sufrirán un año por cada día. Cuarenta años llevarán a cuestas su maldad y sabrán lo que es tenerme por enemigo”.


Pero Dios dijo a Balán: —No irás con ellos ni pronunciarás ninguna maldición sobre los israelitas, porque son un pueblo bendito.


El Señor se encendió en ira contra Israel y los hizo vagar por el desierto cuarenta años, hasta que murió toda la generación que había pecado.


Luego Jesús dijo a todos: —Cuando los envié a ustedes sin monedero ni bolsa ni sandalias, ¿acaso les faltó algo? —Nada —respondieron.


Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.


Obedecimos al Señor nuestro Dios y salimos de Horeb rumbo a la región montañosa de los amorreos. Cruzamos todo aquel inmenso y terrible desierto que ustedes han visto, y así llegamos a Cades Barnea.


Por eso ustedes tuvieron que permanecer en Cades tanto tiempo.


Habían pasado treinta y ocho años desde que salimos de Cades Barnea hasta que cruzamos el arroyo Zéred. Para entonces ya había desaparecido del campamento toda la generación de guerreros, tal como el Señor lo había jurado.


Páguenles todo el alimento y el agua que ustedes consuman”».


Pero hasta este día el Señor no les ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír.


Durante los cuarenta años que los guie a través del desierto, no se les desgastó la ropa ni el calzado.


El Señor había prometido a sus antepasados que les daría una tierra donde abundan la leche y la miel. Pero los israelitas que salieron de Egipto no obedecieron al Señor y, por ello, él juró que no verían esa tierra. En consecuencia, deambularon por el desierto durante cuarenta años hasta que murieron todos los varones en edad militar.


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