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Deuteronomio 2:30 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

30 Pero Sijón, rey de Hesbón, se negó a dejarnos pasar por allí, porque el Señor nuestro Dios había puesto obstinación en su espíritu y lo había puesto terco, para hacerlo súbdito nuestro, como lo es hasta hoy.

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Biblia Reina Valera 1960

30 Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

30 »Pero Sehón, rey de Hesbón, no nos permitió cruzar, porque el Señor Dios de ustedes hizo que Sehón se pusiera terco y desafiante, a fin de ayudarlos a derrotarlo, tal como lo hizo.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

30 Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dejarnos pasar por allí, pues aquel día Yavé, nuestro Dios, quiso que se pusiera duro y cerrado, para que así cayera en nuestras manos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

30 Pero Sehón, rey de Hesbón, no consintió en dejarnos pasar por allí, porque YHVH tu Dios había endurecido su espíritu e hizo obstinado su corazón, a fin de entregarlo en tu mano, como se ve en este día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

30 Pero Sijón, rey de Jesbón, no nos permitió pasar por su territorio; pues Yahveh, tu Dios, había hecho inflexible su espíritu y había endurecido su corazón, a fin de ponerlo en tus manos como lo está todavía hoy.

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Deuteronomio 2:30
14 Referans Kwoze  

Y, como el rey no escuchó al pueblo, las cosas tomaron este rumbo por voluntad del Señor. Así se cumplió la palabra que el Señor había comunicado a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ahías el silonita.


Y, como el rey no escuchó al pueblo, las cosas tomaron este rumbo por voluntad de Dios. Así se cumplió la palabra que el Señor había comunicado a Jeroboán, hijo de Nabat, por medio de Ahías el silonita.


Moisés y Aarón realizaron ante el faraón todas estas maravillas; pero el Señor endureció el corazón del faraón, y este no dejó salir de su país a los israelitas.


El Señor había advertido a Moisés: «Cuando vuelvas a Egipto, asegúrate de hacer ante el faraón todos los prodigios que te he dado el poder de realizar. Yo, por mi parte, endureceré su corazón para que no deje ir al pueblo.


El Señor dijo a Moisés: «El corazón del faraón se ha endurecido y se niega a dejar salir al pueblo.


Porque yo sabía que eres muy obstinado; que tu cuello es un tendón de hierro y que tu frente es de bronce.


Pon un velo sobre sus corazones, ¡y caiga sobre ellos tu maldición!


Pero Sijón no dejó que los israelitas pasaran por su territorio. Más bien, reunió a sus tropas y salió a hacerles frente en el desierto. Cuando llegó a Yahaza, los atacó.


Al volver, tomaron el camino de Basán; entonces el rey Og, que gobernaba ese país, salió con su ejército para hacerles frente en Edrey.


Pero el Señor dijo a Moisés: «No le tengas miedo, porque voy a entregar en tus manos a Og con su ejército y su territorio. Harás con él lo mismo que hiciste con Sijón, el rey de los amorreos que vivía en Hesbón».


Entonces el Señor me dijo: «Ahora mismo voy a entregarles a Sijón y su país. Láncense a conquistarlo y tomen posesión de su territorio».


Pero Sijón desconfió de Israel en cuanto a dejarlo pasar por su territorio, por lo que reunió a todo su ejército y acampó en Yahaza y luchó contra Israel.


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