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Deuteronomio 12:31 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

31 No adorarás de esa manera al Señor tu Dios, porque al Señor le resulta abominable todo lo que ellos hacen para honrar a sus dioses. ¡Hasta queman a sus hijos e hijas en el fuego como sacrificios a sus dioses!

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Biblia Reina Valera 1960

31 No harás así a Jehová tu Dios; porque toda cosa abominable que Jehová aborrece, hicieron ellos a sus dioses; pues aun a sus hijos y a sus hijas quemaban en el fuego a sus dioses.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 Tú no adorarás al Señor tu Dios de la manera que las otras naciones rinden culto a sus dioses, llevando a cabo en honor de ellos toda clase de actos detestables que el Señor odia. Hasta sacrifican a sus hijos y a sus hijas en el fuego como ofrenda a sus dioses.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 No puedes honrar a Yavé, tu Dios, con las mismas prácticas que esas naciones, ya que hicieron para sus dioses todo lo que Yavé aborrece, e incluso quemaron a sus hijos e hijas en honor de ellos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 No harás así a YHVH tu Dios, porque ellos hicieron con sus dioses todo lo que YHVH aborrece, pues aun a sus hijos y a sus hijas queman en el fuego para sus dioses.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 No procedas así con Yahveh, tu Dios, porque ellos hicieron con sus dioses todo lo que Yahveh abomina y detesta e incluso llegaron a quemar en el fuego a sus hijos y sus hijas en honor de sus dioses.

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Deuteronomio 12:31
24 Referans Kwoze  

Al contrario, siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, y hasta sacrificó en el fuego a su hijo, según las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado al paso de los israelitas.


y los de Ava, a Nibjaz y a Tartac. Los de Sefarvayin quemaban a sus hijos como sacrificio a Adramélec y a Anamélec, dioses de Sefarvayin;


Pero Manasés hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues practicaba las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado delante de los israelitas.


Tomó entonces a su hijo primogénito, que había de sucederlo en el trono, y lo ofreció en holocausto sobre la muralla. A raíz de esto, se desató contra Israel una furia incontenible, de modo que los israelitas tuvieron que retirarse y volver a su país.


Pero Manasés hizo lo malo ante los ojos del Señor, pues practicaba las repugnantes ceremonias de las naciones que el Señor había expulsado delante de los israelitas.


También los líderes de los sacerdotes y el pueblo aumentaron su maldad, pues siguieron las prácticas detestables de los países vecinos y contaminaron el Templo que el Señor había consagrado para sí en Jerusalén.


Ofrecieron a sus hijos y a sus hijas como sacrificio a esos demonios.


»No imites la maldad de las mayorías. »No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal. »No perviertas la justicia tomando partido con la mayoría.


También construían altares a Baal en el valle de Ben Hinón para sacrificar a sus hijos e hijas a Moloc, cosa detestable que yo no había ordenado y que ni siquiera se me había ocurrido. De este modo hacían pecar a Judá.


Además, construyeron los altares paganos de Tofet, en el valle de Ben Hinón, para quemar a sus hijos y a sus hijas en el fuego, cosa que jamás ordené ni me pasó siquiera por la mente.


Hasta el día de hoy, ustedes se contaminan al hacer sus ofrendas y al sacrificar a sus hijos, pasándolos por fuego en honor a los ídolos. ¿Y ahora ustedes, israelitas, vienen a consultarme? Tan cierto como que yo vivo, no dejaré que me consulten. Yo, el Señor y Dios, lo afirmo.


Así pondré fin a tu lujuria y a tu prostitución que comenzaste en Egipto. Ya no desearás esas cosas ni te acordarás más de Egipto.


»No profanarás el nombre de tu Dios, entregando a tus hijos para que sean quemados como sacrificio a Moloc. Yo soy el Señor.


No imitarán ustedes las costumbres de Egipto, donde antes habitaban, ni tampoco las de Canaán, adonde los llevo. No se conducirán según sus prácticas,


que dijera a los israelitas: «Todo israelita o extranjero residente en Israel que entregue a uno de sus hijos para quemarlo como sacrificio a Moloc será condenado a muerte. El pueblo entero lo matará a pedradas.


¿Se complacerá el Señor con miles de carneros o con diez mil arroyos de aceite? ¿Ofreceré a mi primogénito por mi delito, al fruto de mis entrañas por mi pecado?


después de haberlas destruido cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No preguntes: «¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo mismo?».


No harán lo mismo con el Señor su Dios,


De lo contrario, ellos te enseñarán a hacer todas las cosas abominables que practican para adorar a sus dioses y pecarás contra el Señor tu Dios.


Cuando el Señor tu Dios los haya arrojado lejos de ti, no vayas a pensar: «El Señor me ha traído hasta aquí, por causa de mi justicia, para tomar posesión de esta tierra». ¡No! El Señor expulsará a esas naciones por la maldad que las caracteriza.


De modo que no es por tu justicia ni por tu rectitud por lo que vas a tomar posesión de su tierra. ¡No! La propia maldad de esas naciones hará que el Señor tu Dios las arroje lejos de ti. Así cumplirá lo que juró a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.


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