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Deuteronomio 12:10 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

10 Pero ustedes cruzarán el río Jordán y vivirán en la tierra que el Señor su Dios les da en herencia; él los librará de sus enemigos que los rodean y vivirán seguros.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 Mas pasaréis el Jordán, y habitaréis en la tierra que Jehová vuestro Dios os hace heredar; y él os dará reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitaréis seguros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, pronto cruzarás el río Jordán y vivirás en la tierra que el Señor tu Dios te da. Cuando él te dé descanso de todos tus enemigos y estés viviendo a salvo en esa tierra,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuando pasen el Jordán y habiten en la tierra que Yavé les da en herencia, cuando él haya asegurado todas sus fronteras y vivan con tranquilidad,

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Pero cuando hayáis pasado el Jordán, y habitéis en la tierra que YHVH vuestro Dios os hace heredar, y Él os haya dado reposo de todos vuestros enemigos alrededor, y habitéis con seguridad,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Pero cuando hayáis pasado el Jordán y habitéis en el país que Yahveh, vuestro Dios, os entrega en posesión; cuando él os dé paz en medio de todos los enemigos que os rodean y viváis con tranquilidad,

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Deuteronomio 12:10
27 Referans Kwoze  

Durante el reinado de Salomón, todos los habitantes de Judá y de Israel, desde Dan hasta Berseba, vivieron seguros sentados debajo de su propia vid y de su propia higuera.


«¡Bendito sea el Señor, que conforme a sus promesas ha dado descanso a su pueblo Israel! No ha dejado de cumplir ni una sola de las buenas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés.


Les dijo: «El Señor su Dios está con ustedes y les ha dado paz en todo lugar. Él ha entregado en mi poder a los habitantes de la región y estos han quedado sometidos al Señor y a su pueblo.


En paz me acuesto y me duermo, porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.


—Yo mismo iré contigo y te daré descanso —respondió el Señor.


Pero el que me obedezca vivirá tranquilo, sosegado y sin temor del mal».


En esos días Judá será salvo, Israel morará seguro. Y este es el nombre que se le dará: “El Señor es nuestra justicia”.


Voy a reunirlos de todos los países adonde en mi ira, furor y terrible enojo los dispersé, y los haré volver a este lugar para que vivan seguros.


el grito de gozo y alegría, el canto del novio y de la novia, también la voz de los que traen al Templo del Señor ofrendas de acción de gracias y cantan: »” ‘Den gracias al Señor de los Ejércitos, porque el Señor es bueno, porque su gran amor perdura para siempre’. Haré que vuelvan del cautiverio de este país —afirma el Señor—, y volverán a ser como al principio”.


Allí vivirán seguros, construirán sus casas y plantarán viñedos, porque yo ejecutaré un justo castigo sobre los vecinos que desprecian al pueblo de Israel. ¡Y se sabrá que yo soy el Señor su Dios!”».


»”Estableceré con ellos un pacto de paz: haré desaparecer del país a las bestias feroces, para que mis ovejas puedan vivir en el desierto y dormir en los bosques con seguridad.


Ya no volverán a ser presa de las naciones ni serán devoradas por las bestias de la tierra. Vivirán seguras y nadie les infundirá temor.


Dirás: ‘Invadiré un país indefenso; atacaré a gente pacífica que habita confiada en ciudades sin muros, puertas y cerrojos.


Al cabo de muchos días se te encomendará una misión. Después de muchos años invadirás un país que ha sido rescatado de la espada. Ese país estuvo en ruinas durante mucho tiempo, pero ha sido reunido de entre los muchos pueblos en los montes de Israel. Ha sido sacado de entre las naciones y ahora vive confiado.


Ustedes están a punto de cruzar el Jordán y entrar a tomar posesión de la tierra que les da el Señor su Dios. Cuando la hayan tomado y ya estén viviendo allí,


Sube hasta la cumbre del Pisgá y mira al norte, al sur, al este y al oeste. Contempla la tierra con tus propios ojos, porque no vas a cruzar este río Jordán.


Acerca de Benjamín dijo: «Que el amado del Señor repose seguro en él, porque lo protege todo el día y descansa tranquilo entre sus hombros».


¡Vive seguro, Israel! ¡Habita sin enemigos, fuente de Jacob! Tu tierra está llena de trigo y de vino nuevo; tus cielos destilan rocío.


Yo moriré en esta tierra sin haber cruzado el Jordán, pero ustedes sí lo cruzarán y tomarán posesión de esa buena tierra.


Escucha, Israel: ahora vas a cruzar el Jordán para entrar y conquistar naciones más grandes y fuertes que tú que habitan en grandes ciudades con muros que llegan hasta el cielo.


Así logró Josué conquistar toda aquella tierra, conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés, y se la entregó como herencia al pueblo de Israel, según la distribución tribal. Por fin, aquella región descansó de las guerras.


Estas son las tierras cananeas que el sacerdote Eleazar, Josué, hijo de Nun, y los jefes de los clanes entregaron a los israelitas como herencia.


Por su parte, los sacerdotes que portaban el arca del pacto del Señor permanecieron de pie en tierra seca, en medio del Jordán, mientras todo el pueblo de Israel terminaba de cruzar el río por el cauce totalmente seco.


Acompañaban al pueblo los guerreros de las tribus de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés, según las órdenes que había dado Moisés.


Después Samuel tomó una piedra, la colocó entre Mizpa y Sen, y la llamó Ebenezer, «El Señor no ha dejado de ayudarnos».


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