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Daniel 3:17 - Biblia Nueva Versión Internacional 2022

17 Si se nos arroja al horno en llamas, el Dios al que servimos puede librarnos del horno y de las manos de Su Majestad.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

17 He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su majestad;

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Si nuestro Dios, al que servimos, quiere salvarnos del horno ardiente y de tu mano, nos salvará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 ¡He aquí, nuestro Dios a quien servimos, existe! Él tiene poder, oh rey, para librarnos del horno de fuego abrasador y librarnos de tus manos,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Desde luego, nuestro Dios, a quien servimos, puede librarnos y nos librará del horno de fuego ardiente y de tus manos, ¡oh rey!

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Daniel 3:17
34 Referans Kwoze  

Cuando Abram tenía noventa y nueve años, el Señor se apareció y dijo: —Yo soy el Dios Todopoderoso. Anda delante de mí y sé íntegro.


¿Acaso hay algo imposible para el Señor? Dentro de un año volveré a visitarte en esta fecha y para entonces Sara habrá tenido un hijo.


¿Pero quién puede condenarlo si él decide guardar silencio? ¿Quién puede verlo si oculta su rostro? Él está por encima de pueblos y personas,


De seis aflicciones te rescatará y la séptima no te causará ningún daño.


Nuestro Dios está en los cielos y puede hacer todo cuanto quiere.


La salvación de los justos viene del Señor; él es su fortaleza en tiempos de angustia.


El Señor los ayuda y los libra; los libra de los malvados y los salva, porque en él se refugian.


Como quien despierta de un sueño, así, Señor, cuando tú te levantes, los despreciarás como una ilusión.


¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!».


Serás establecida en justicia; lejos de ti estará la opresión. Nada tendrás que temer; el terror se apartará de ti, no se te acercará.


No tengas temor delante de ellos que yo estoy contigo para librarte», afirma el Señor.


Haré que seas para este pueblo como invencible muro de bronce; pelearán contra ti, pero no te podrán vencer, porque yo estoy contigo para salvarte y librarte», afirma el Señor.


«Te libraré del poder de los malvados; te rescataré de las garras de los violentos».


Dicho esto, Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno en llamas y gritó: —Sadrac, Mesac y Abednego, siervos del Dios Altísimo, ¡salgan de allí y vengan acá! Cuando los tres jóvenes salieron del horno,


Ninguno de los pueblos de la tierra merece ser tomado en cuenta. Dios hace lo que quiere con los poderes celestiales y con los pueblos de la tierra. No hay quien se oponga a su poder ni quien le pida cuentas de sus actos.


El rey dio entonces la orden y Daniel fue arrojado al foso de los leones. Allí el rey animaba a Daniel: —¡Que tu Dios, a quien sirves continuamente, se digne salvarte!


Sin ocultar su alegría, el rey ordenó que sacaran del foso a Daniel. Cuando lo sacaron, no se le halló un solo rasguño, pues Daniel confiaba en su Dios.


Él rescata y salva; hace señales y maravillas en los cielos y en la tierra. ¡Ha salvado a Daniel de las garras de los leones!


Pero yo he puesto mi esperanza en el Señor; yo espero en el Dios de mi salvación. ¡Mi Dios me escuchará!


Porque para Dios no hay nada imposible.


Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.


—¿Por qué lloran? ¡Me parten el alma! —respondió Pablo—. Por el nombre del Señor Jesús estoy dispuesto no solo a ser atado, sino también a morir en Jerusalén.


¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra?


Él nos libró y nos librará de tal peligro de muerte. En él tenemos puesta nuestra esperanza y él seguirá librándonos.


Por eso también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.


El Señor, que me libró de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo. —Anda, pues —dijo Saúl—, y que el Señor te acompañe.


Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel.


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